Por Roxana Hebe Hernández
*A través del proyecto titulado “Estructura y manejo de los huertos familiares: el papel de la mujer ante la migración masculina en tiempos de COVID-19”, investigadoras de la UAEMéx analizaron las relaciones y condiciones sociales de 14 huertos en Malinalco y cómo estas dinámicas se transformaron a causa de la pandemia por el virus SARS-CoV-2.
Coneme / TOLUCA, Méx: 18 de febrero de 2023. Los huertos familiares son una alternativa de producción sustentable en el campo, ya que contribuyen a la conservación de la biodiversidad y complementan la alimentación y los ingresos familiares, consideraron Noemi Guadarrama Martínez y María Cristina Chavez Mejía, investigadoras del Instituto de Ciencias Agropecuarias y Rurales (ICAR) de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMéx).
A través de su proyecto titulado “Estructura y manejo de los huertos familiares: el papel de la mujer ante la migración masculina en tiempos de COVID-19”, las universitarias analizaron las relaciones y condiciones sociales de 14 huertos en el municipio de Malinalco, al sur del Estado de México, así como su transformación a causa de la pandemia por el virus SARS-CoV-2.
Como parte de la investigación, seleccionaron a la comunidad de San Andrés Nicolás Bravo, en Malinalco, por ser una de las regiones con mayor biodiversidad en el Estado de México, ya que se han identificado 96 especies de plantas cuyos usos incluyen: venta o trueque, ornamentales, medicinales, ritualisticos, además de que son fuente primaria de alimentación para las comunidades.
Durante la pandemia por el virus SARS-CoV-2 las dinámicas de organización de los huertos se vieron modificadas debido al cierre de los mercados locales, por lo que las mujeres se encargaron del cuidado y comercio entre la misma comunidad; en tanto, los hombres buscaron oportunidades laborales en Estados Unidos, es decir, las familias sumaron esfuerzos para mejorar sus condiciones de vida.
Tras el desarrollo de esta investigación, las académicas consideraron que es primordial modificar la forma en cómo vemos al campo mexicano, no solo como espacio de producción, sino como objeto de estudio para valorar y conservar su diversidad biológica, así como sus relaciones sociales.
“Mi perspectiva del campo mexicano cambió al poder observar más allá de lo que se produce y conocer los procesos que significan esas especies y qué papel han tenido en las comunidades”, apuntó Noemi Guadarrama.
Cabe mencionar que resultado de este proyecto, han sido invitadas a colaborar en distintos seminarios académicos, mediante la divulgación de estrategias para la conservación biológica en el país, destacando el papel fundamental que han tenido las comunidades en la preservación de la biodiversidad.