Por Daniel Gómez Trejo
*Participaron diputadas y diputados de Morena, PAN, PRI, PVEM, PT, MC y PRD
Coneme / En la sesión de este martes, diputadas y diputados de Morena, PAN, PRI, PVEM, PT, MC y PRD externaron sus comentarios desde la tribuna con motivo del aniversario de los caídos en la lucha por la democracia en la Plaza de las Tres Culturas en Tlatelolco, el 2 de octubre de 1968.
Una herida abierta en la historia de México
El diputado Julio César Moreno Rivera (Morena) señaló que la matanza del 2 de octubre de 1968 “sigue siendo una herida abierta en la historia de México, una herida que sangra y que nos duele porque fue una de las mayores muestras de autoritarismo, represión e injusticia del Estado mexicano”.
Se conmemora esta fecha, agregó, porque “como representantes del pueblo de México tenemos un compromiso con la memoria historia, porque sin memoria no puede haber reparación y justicia”. Sostuvo: “lo que no se verbaliza, no se documenta o no se reconoce públicamente es como si no existiera, tuvieron que pasar 50 años para que este Poder Legislativo reconociera esta tragedia en la conciencia colectiva y a la memoria histórica”.
Seguridad para las y los mexicanos
Por el PAN, el diputado Javier González Zepeda argumentó que 55 años han pasado de una fecha que no se olvida y que está tatuada en la memoria de todas y todos los mexicanos. “Aquellos jóvenes que se manifestaban en la Plaza de las Tres Culturas nunca imaginaron que esa noche representaría un calvario antes y después de su historia”.
Relató que el 2 de octubre de 1968 decenas de jóvenes perdieron la vida, muchos fueron arrestados y torturados, en donde protestaban por la situación del sistema educativo, el uso de la fuerza en las calles y el abuso del poder. “Hoy le apostamos a la vida democrática y rechazamos cualquier intento de regresión autoritaria: no queremos otro Tlatelolco; queremos seguridad para las y los mexicanos, para los estudiantes, para los jóvenes y todo el pueblo”.
Construir un mundo más justo
Del PRI, el diputado Augusto Gómez Villanueva confió en que este aniversario inspire a seguir adelante, a construir un mundo más justo y democrático y nunca olvidar que el espíritu del 68 impulsa a ser agentes de cambio en nuestro tiempo. “Juntos podemos construir un futuro en el que los ideales de la democracia y la justicia sean una realidad para todos”.
Opinó que la testarudez y la falta de comunicación entre el órgano ejecutor y el movimiento civil estudiantil puso en riesgo la paz de México y sólo las críticas sumadas a la indignación del drama hicieron posible la apertura para iniciar cambios en el camino de la democracia. Afirmó que la política es la continuación de la guerra por otros medios, pero si se falla, lo que queda es la guerra, la confrontación y la represión. “Debemos retomar esta lección y garantizar que ello nunca más ocurra; la forma de hacerlo es ensanchar la vida democrática”
2 de octubre “no se olvida, ni se olvidará”
El diputado Christian Joaquín Sánchez Sánchez, del PVEM, enfatizó que el movimiento estudiantil del 2 de octubre “no se olvida, ni se olvidará, pues significa un antes y un después en la historia de la lucha de la democracia de nuestro país”. Resaltó que “el trágico episodio de 1968 es un retrato de la injusticia, del malestar social y del autoritarismo”.
Consideró imprescindible conmemorar este movimiento para comprender los acontecimientos que marcaron la vida política del país y también representa la oportunidad de recordar a los “hombres y mujeres que dieron su vida por un México más libre y con mayor pluralidad”. Estimó que el homenaje debe ser siempre el rechazo y condena a toda forma violenta de coartar la libertad de expresión, el derecho a la propuesta y la exigencia del respeto a los derechos.
Se alza la voz por los que fueron silenciados en su lucha
María de Jesús Rosete Sánchez, diputada del PT, mencionó que las y los jóvenes estudiantes del 2 de octubre dieron la vida por alzar la voz ante un régimen autoritario que los silenciaba, y hoy se siguen escuchando los ecos de quienes en el anonimato se levantaron contra la opresión para defender sus derechos, y exigir justicia y libertad de expresión.
Indicó que cada día se sigue luchando por un presente justo, igualitario e incluyente. “Hoy alzamos la voz por los que fueron silenciados en su lucha, porque en las calles donde hoy caminamos ayer cruzaban balas y el Estado desaparecía a estudiantes, y eso nunca más puede repetirse. Seguiremos alzando la voz y transformando a México en un país que nos proteja”.
A ellos les debemos la democracia
En tanto, el diputado Rodrigo Herminio Samperio Chaparro (MC) recordó cuando México estaba sumido en el autoritarismo de un gobierno, la juventud fue la que dio la cara y alzó la voz en pro de sus libertades y derechos y “es a ellos a quienes le debemos que hoy vivimos una democracia. Esos jóvenes sabían que enfrentarse a la represión del Estado era una tarea difícil pero no imposible”.
Ahora, agregó, no se puede olvidar que un partido fue el responsable de la mayor tragedia de la historia. “Estamos exigiendo la verdad hasta el día de hoy. La juventud de hoy es la que sigue alzando la voz por la libertad, esta generación sigue colgando carteles de desaparecidos”. Observó que cuando se escuche a los jóvenes y no sean reprimidos, es porque habremos transitado a un verdadero cambio.
Suceso que otorgó un legado que perdura
El diputado Marcelino Castañeda Navarrete (PRD) afirmó que se conmemora un suceso que otorgó un legado que perdura, “un 2 de octubre de 1968 sucedería una acción que con profundo respeto y dolor recordamos; 55 años, el hecho que marcó un movimiento estudiantil e indiscutiblemente el origen de la visión moderna de la política nacional y un parteaguas en la construcción del andamiaje político-electoral”.
Estimó que esta efeméride debe servir para reclamar y jamás olvidar. “Hoy como nunca esta memoria debe ser honrada con la responsabilidad de atender las demandas de la sociedad; poner énfasis y construir políticas de atención a las desapariciones en México, hoy es un imperativo”. Sostuvo que la crisis de los desaparecidos agobia a la mayoría de los gobiernos y es una carga pesada para las “miles de familias que no encuentran justicia”.