De la Redacción
*Participan 35 expositores que ofrecen variedad de alimentos preparados con recetas de origen precolombino, como tlatoanis de huitlacoche, tejuino o empanadas de plátano macho*Se realiza del 28 al 30 de julio del 2023, en la Macroplaza del Jardín Cuitláhuac, en la alcaldía Iztapalapa
Coneme / Con el propósito de honrar las tradiciones ancestrales de Iztapalapa como pueblo originario, así como dar a conocer la gastronomía prehispánica, la alcaldía Iztapalapa realiza la segunda Feria de Alimentos de Origen Prehispánico, con la participación de 35 expositores que ofrecen gran variedad de alimentos, desde este viernes 28 al domingo 30 de julio.
En los 35 stands, el público asistente podrá conocer y disfrutar bebidas prehispánicas como agua de pinole, cacao, pitaya, chilacayote, tejuino y téjate; también se ofrecerán atoles de maíz, blanco y azul, chile atole, agua de maíz rojo con amaranto, agua de champurrado y agua de nopal, por citar algunos.
En las delicias para el paladar los comensales podrán probar los sorprendentes tlatoanis de huitlacoche, de champiñones, hongos, zetas, de huazontle, quelites, papas con rajas, chicharrón prensado, tinga de pollo y cochinita pibil.
Además de quesadillas, gorditas, tlacoyos o sopes de quelite, zetas, champiñones, huitlacoche, flor de calabaza, requesón, papa, queso o frijol; tacos de guisados, mole de guías de calabaza, champiñones en amarillo y alubias con nopales.
Huauzontle en salsa de tres chiles, verdolagas en salsa verde o romeritos con mole son algunas de las especialidades que los asistentes podrán degustar; también tamales de frijol de ayocote. Y de postre, unos galletones de maíz nixtamalizado, con amaranto, con cacao y con pinole; dulce típico panteduro o tal vez las empanadas de plátano macho, rellenas de crema de cacahuate.
Los asistentes también podrán conocer la salsa de xoconoxtle, sodas frutales, mazapanes de cacao, espirulina, chile de 13 frutos, dulces de semillas anahuaca.
De esta manera, las raíces de Iztapalapa se hacen presentes, enriquecidas por sus pueblos originarios: Aculco, Apatlaco, Culhuacán, Los Reyes Culhuacán, Magdalena Atlazolpa, Mexicaltzingo, San Andrés Tetepilco, San Andrés Tomatlán, San Juanico Nextipac, San Lorenzo Tezonco, San Lorenzo Xicoténcatl, San Sebastián Tecoloxtitlán, Santa Cruz Meyehualco, Santa María Aztahuacán, Santa María Tomatlán, Santa Martha Acatitla, Santiago Acahualtepec e Iztapalapa, con una profunda historia, cultura, costumbres, tradiciones y alimentos ancestrales.
Este esfuerzo tiene como meta mostrar nuestra raíz alimentaria prehispánica, desde la cual florece la cocina mexicana y que se vincula a la agricultura familiar y a la producción de la milpa.
En el México antiguo, la mayor parte de lo que hoy es la Ciudad de México era un espacio de grandes lagos y lagunas, de donde se obtenía una gran cantidad de peces, aves e insectos para incluirse en la alimentación diaria; las chinampas ofrecían todo tipo de plantas y hortalizas, elementos que han definido a nuestros alimentos de origen lacustre.
Desde el 2010, la comida mexicana es patrimonio cultural inmaterial de la humanidad, reconocida por Unesco, y para lograr este reconocimiento mundial un elemento decisivo fue el uso de ingredientes como maíz, chile y frijol.
En la actualidad se pueden distinguir a los alimentos de origen prehispánico por los ingredientes que usan y las formas de preparación, por ejemplo: maíz, frijoles, chiles, calabaza, amaranto, jitomate, aguacate, tomate, nopal, cacao, vainilla, huazonte, verdolaga, romeritos, quelites, chipilín, papaya, camote, mamey, pitaya, zapote, chicozapote, capulín, tejocote, chayote, nanches, chirimoya, anona, guajes, guamúchil, mezquite, chilacayote, tuna, xoconostle, jícama, zarzamora, ciruela, y más de 96 especies de insectos como la hormiga chicatana, capulín, gusano de maguey, entre muchos otros.