Por Mario Díaz

*Que cumpla su deber y nos vemos en la Corte: gobernador de Texas
*Boyas son riesgo para la navegación y seguridad pública: presidente de USA
*Muro acuático obstruye y desvía el cauce del río Bravo: presidente López Obrador

Coneme / H. Matamoros, Tamaulipas.-Como era de esperarse, la colocación de un muro acuático de 305 metros de longitud en el río Bravo entre las ciudades fronterizas de Piedras Negras, Coahuila y Eagle, Pass, Texas ha provocado un enfrentamiento entre el gobernador texano GREG ABBOTT y el presidente de los Estados Unidos, JOE BIDEN.

Además, la medida estatal norteamericana para impedir el paso de inmigrantes a través de esa línea divisoria natural ha dado paso al justo reclamo diplomático del gobierno mexicano ante la probable violación al Tratado de Aguas Internacionales que data desde 1944.

Sin embargo, en la Unión Americana la estrategia de ABBOTT para detener el flujo migratorio ilegal que se contrapone con el criterio del gobierno de BIDEN es asociada con el proceso político que entre demócratas y republicanos que decidirá si continúa o no por otro período de cuatro años la actual administración federal.

Mientras el gobernador republicano del estado de Texas se escuda en las enmiendas constitucionales y la responsabilidad de la ley estatal, el Departamento de Justicia de los Estados Unidos ha solicitado a un juez federal que obligue el retiro de las boyas ante la falta de notificación a la Comisión Internacional de Límites y Aguas (CILA) ni al Cuerpo de Ingenieros del Ejército de los Estados Unidos.

Es decir, al margen de consecuencias diplomáticas y probables violaciones a tratados internacionales, lo cierto es que el “muro acuático” ha enfrentado políticamente al gobernador republicano del estado con mayor superficie en la tierra del tío Sam y al presidente demócrata de la Unión Americana.

ABBOTT, además de negarse a retirar las boyas del río Bravo frente a Piedras Negras y Eagle Pass, ha lanzado declaraciones retadoras a JOEN BIDEN: “que haga su deber” y “nos vemos en la Corte” son expresiones nada amables que ponen en relieve la rivalidad política, previo a la contienda presidencial que se avecina en el país de las barras y las estrellas.

Es contundente el gobernador de Texas al enfatizar que “lo que la administración Biden tiene que hacer es cumplir las leyes que ya existen para prevenir que la gente cruce entre los puertos de entrada. Hasta que Biden haga su deber, Texas se esforzará por hacerlo”.

Cabe señalar que en la frontera de Texas con México existen 29 puentes internacionales, pero los solicitantes de asilo procedentes de países centro-sudamericanos y caribeños se desesperan ante la lentitud del trámite por lo que deciden cruzar de manera ilegal y arriesgando sus vidas.

En contraparte, el gobierno de JOE BIDEN a través del Departamento de Justicia precisa que las boyas “representan un riesgo a la navegación y a la seguridad pública en el río Grande, y genera inquietudes en materia humanitaria”.

Asimismo, información oficial derivada de las nuevas medidas implementadas por la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés) a partir de junio indica que los encuentros con migrantes se redujeron en un 30 por ciento con relación al mes de mayo del presente año.

El proceso migratorio más reciente que aplica el Departamento de Servicios de Ciudadanía e Inmigración beneficia a ciudadanos de Colombia, El Salvador, Guatemala y Honduras, quienes, además de llenar el formulario I-130 y cumplir con los requisitos médicos y de evaluación rutinarios, no deben haber recibido con anterioridad una visa de inmigrante.

Pero ¿cuál es la postura del gobierno de la Cuarta Transformación que encabeza el presidente ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR?

Plasmado en una carta diplomática el criterio del gobierno mexicano indica que “esas instalaciones pueden provocar efectos sobre los escurrimientos normales y de avenidas del río Bravo, mismos que se agravan con los arrastres que quedan atrapados en la cerca, especialmente si esta llega a ser arrastrada hacia aguas abajo por alguna avenida”.

Precisa también que las boyas o muro acuático contravienen el artículo 17 del Tratado de Aguas Internacionales de 1944 que establece que “el uso del cauce de los ríos internacionales para las descargas de aguas de avenida o de otros excedentes, será libre”. Además, cualquier trabajo, incluyendo el desmonte en islas y cauce del río Bravo deberá ser avalado por la CILA.

DESDE EL BALCÓN:
I.-Independientemente de quien resulte avante en el match jurídico, lo cierto es que al tema migratorio en la frontera sur de los Estados Unidos es usado como metralla entre demócratas y republicanos en los escarceos previos a la elección presidencial en la Unión Americana.
Por lo pronto hagan sus apuestas y……¡cierren las puertas señores!