Por Miguel Angel Cristiani Gonzalez
· El presidente registró su nombre como marca comercial
· No podrá utilizarse su nombre ni siglas
· Habrá que pensar en nuevos sinónimos para referirse
Antes de que el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI) le vaya a otorgar la exclusividad al presidente Andrés Manuel López Obrador -mejor conocido hasta ahora como AMLO- para poder utilizar o mencionar su nombre ¡aunque usted no lo crea! Sin tener que pagarle por utilizar esa marca, vamos a presentar algunas propuestas como en el futuro deberemos de referirnos al primer mandatario de la nación.
Porque aunque pareciera un capítulo de Ripley, de aunque usted no lo crea, el pasado 27 de abril, no tan solo el mismísimo presidente Andrés Manuel López Obrador y su esposa Beatriz Gutiérrez Müller, iniciaron el proceso ante el IMPI para registrar sus nombre y siglas, como una marca comercial, para evitar que terceros puedan lucrar con ellos.
Así que una vez que le otorguen el registro oficial -que seguramente se lo van a otorgar- nadie podrá mencionar o publicar la marca comercial AMLO, sin tener un permiso previo por escrito sin tener que atenerse a las consecuencias.
Entonces, habrá que empezar a pensar de qué manera nos vamos a referir cuando escribamos o publiquemos por cualquier medio el nombre del presidente Andrés Manuel López Obrador quien por cierto fue el que ideó que lo mencionaran como AMLO.
Así que para estar acorde con los tiempos y las formas de hacer política en la mal llamada Cuarta Transformación, sería bueno hacer una consulta entre el pueblo sabio, para determinar la mejor manera de llamar en lo futuro al primer mandatario de la nación.
Como es muy aficionado a referir pasajes de la historia reciente y pasada de nuestro país, tal vez se le podría mencionar como “su ilustrísima” aunque creo que ese título ya se lo habían dado al multi veces presidente de la república, el xalapeño Antonio López de Santana.
Otra forma de llamarlo, puede ser “el genio,” López Obrador, por aquello de que tiene cada ocurrencia genial, que ni a Don Porfirio Díaz se le hubieran ocurrido, como la de construir el Tren Maya, la planta refinería en Dos Bocas o la del tren del Istmo de Tehuantepec, cuando estamos inmersos en la peor crisis económica de los últimos cien años.
Algunos otros sinónimos que se podrían utilizar sin tener que conseguir un permiso son: su excelencia, el señor presidente, el político tabasqueño, el PEJE, cabecita blanca, nuestro guía, el gurú de México, o simplemente el presidente López, aunque también hay quienes ya han empezado a nombrarlo como “el nuevo dictador”.
Lo que sí es un hecho es que el mismísimo secretario particular de AMLO, -todavía nos podemos referir así a él- Alejandro Verdugo comenzó oficialmente desde abril y julio las solicitudes, que se encuentran -dirían los abogados- asentadas en seis expedientes.
Para más datos, el pasado 27 de abril fue abierto el expediente 2352324 para que la marca “Andrés Manuel López Obrador” pueda ser usada sólo por el Ejecutivo federal en el ámbito de la educación, en servicios de entretenimiento, así como en actividades deportivas y culturales.
En tanto que, de acuerdo con el expediente 2352331, también se busca que el nombre del Presidente pueda ser protegido para ser comercializado en publicidad, gestión de negocios comerciales, administración comercial y de trabajos de oficina.
Para poder registrar las siglas “AMLO” como marca propia, el presidente informó que fue en 1995 cuando comenzó a usar estas siglas, periodo en el cual encabezó la Caravana por la Democracia, de Tabasco a la Ciudad de México, demandando la anulación de la elección estatal, puesto que el entonces militante del Partido de la Revolución Democrática (PRD) acusaba que hubo fraude.
Así que de acuerdo con el artículo 90, fracción 13 de la Ley de Propiedad Industrial, detalla que no podrán registrarse los nombres, apellidos, apelativos o seudónimos de personas que al usarse puedan crear un riesgo de asociación, inducir al error, confusión o engaño al público consumidor “salvo que se trate de dicha persona o exista consentimiento expreso de la misma o de quien tenga el derecho correspondiente.
“Asimismo, no serán registrables como marca, la imagen, la voz identificable, el retrato y las firmas de personas sin su consentimiento expreso”.
Por su parte, su esposa la historiadora Beatriz Gutiérrez Müller también busca registrar su nombre, bajo los expedientes 2352319 y 2352328, en los rubros de publicidad, gestión de negocios comerciales, trabajos de oficina y en los temas educativos, servicios de entretenimiento, actividades deportivas y culturales.
El registro que otorga el IMPI permite el derecho al uso exclusivo de la marca en el territorio nacional por 10 años.
Por todo eso, es que más vale que comencemos a pensar en un nuevo apelativo para referirse al presidente de México, si no queremos enfrentar todo el peso de la justicia, por mencionar al señor primer mandatario.
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