Por RODULFO REYES

Coneme / En Tabasco, la paliza despiadada del partido en el gobierno a la oposición ha apresurado el proceso sucesorio de 2024 con lisonjas frívolas a la alcaldesa electa de Centro, Yolanda Osuna Huerta, a quien se ha metido a fuerza al rejuego pese a que aún no toma posesión. Se entiende que el triunfo holgado de Morena en las elecciones del domingo 6 haya repuntado la imagen de la exsecretaria de Cultura: en los últimos sexenios quien llega a la presidencia municipal es considerado “precandidato natural” a la gubernatura, condición que se ha magnificado en ella por haber logrado la más copiosa votación de los últimos 21 años. ¿Es Osuna la mejor carta de Morena como se pretende hacer creer en algunos espacios? Es muy pronto para saber la respuesta, pero la historia ha demostrado que, tras dejar el cargo, ningún responsable de la comuna ha saltado de la Plaza de la Revolución a Plaza de Armas. Otra consideración es que la nomenclatura de Morena se decantó por la viuda del escritor Lácides García en razón de su perfil “apolítico”; esto es, su trayectoria no ha estado marcada por su propensión a la “grilla barata”.

Se pensó en ella, precisamente, por su fama de mujer honesta y porque en su carrera administrativa se ha mantenido al margen de escándalos públicos. Por eso, poco antes de las elecciones se destacaba que los habitantes del municipio podían estar seguros de que con Osuna iban a tener a una autoridad municipal que llegaría a gobernar, no a hacer campaña personal pensando en la Quinta Grijalva. Previo a la contienda se razonó que con Osuna el jefe político del partido vinotinto no enfrentaría el problema que al cierre de sus gestiones tuvieron los exmandatarios Andrés Granier Melo y Arturo Núñez Jiménez. Ambos, el priísta y el perredista, no pudieron, a mitad de su sexenio, impulsar al ayuntamiento a un propio: Granier quería ‘heredar’ la plaza al químico José del Carmen Escayola; y Núñez, sobre todo su esposa Martha Lilia Aguilera, impulsaba a José Antonio de la Vega. Debido a condiciones políticas adversas, en 2009 Granier tuvo que aceptar a regañadientes a Jesús Alí de la Torre, este apoyado por el poderoso secretario de Gobierno, Humberto Mayans Canabal; y a Núñez no le quedó de otra que jugar con Gerardo Gaudiano Rovirosa.

De todos es sabido que Alí y Gaudiano llegaron al ayuntamiento a construir sus candidaturas a la gubernatura para cuando concluyeran sus gestiones, separándose de la comuna con un año de anticipación. Pero el electorado de Centro los castigó por dejar tirado el trabajo: sufrieron sendas derrotas cuando compitieron por el Ejecutivo. Este escenario a futuro –el de Alí en 2012 y el de Gaudiano en 2018– es el que buscaba evitar el gobernador Adán Augusto López Hernández con la postulación de una mujer honesta, competente y sin perfil de política tradicional. Sin embargo, la contundente victoria morenista en la capital, la joya de la corona, ha desgranado muestras de “apoyo” para la sucesora de Evaristo Hernández Cruz, lo que distrae la conducción del gobierno estatal. En ese marco, ahora resulta que a quien se acusaba de “desconocida” e “impuesta” ¡fue “palomeada” por el propio presidente Andrés Manuel López Obrador! Y como Osuna estuvo entre los candidatos de Morena en el país más votados, ya la «ungieron» en papel como “seria” aspirante a la gubernatura. Más bien parecen intentos de quitarle el control del proceso al primer morenista de Tabasco.