Política Al Margen
Por Jaime Arizmendi
*Fovissste e Infonavit, ¿Hipotecas Impagables?
*Diputados del PT Impulsan Iniciativa
*“First Club”, Entre Empresas Fraudulentas
Coneme / Pagos, por la cañería… Cada vez que quieren, o cuando su salud se los permite, miles de exburócratas y hasta empleados federales en activo, quienes creyeron “atesorar su patrimonio familiar” al adquirir una vivienda mediante un crédito del Fovissste, salen a las calles, marchan a la Cámara de Diputados o el Senado de la República en repudio al esquema leonino y fraudulento en que cayeron.
Para acusar ser víctimas de engaños y fraudes, pensionados y jubilados, una y otra vez toman oficinas y vialidades en cualquier lugar del país, en espera de ser escuchados; pero pareciera que sus gritos y demandas suenan huecas. Así sucedió en marzo pasado, en febrero, en enero de este mismo 2022; al igual que desde hace más de una década.
Con el objetivo de poner un ¡hasta-aquí! al esquema fraudulento e impagable de los créditos hipotecarios que otorgan el Instituto Nacional del Fondo de la Vivienda de los Trabajadores (Infonavit), o el Fondo de la Vivienda del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (Fovissste), el diputado petista Alfredo Femat Bañuelos “agarró al toro por los cuernos”.
Y es que un grupo de “derechohabientes del Fovissste” han intentado ingresar al Palacio Legislativo de San Lázaro para protestar ante los diputados por los altos intereses que pagan por créditos que fueron adquiridos para viviendas en esa institución, otrora de carácter social, con la expectativa de que se modifique ese “mecanismo de financiamiento”.
Airados, los manifestantes tiran las barreras metálicas que resguardan el acceso del Palacio Legislativo de San Lázaro, sobre la calle Emiliano Zapata, y sólo se aproximan a las puertas, que son cerradas por personal de seguridad.
Los inconformes, algunos de la organización “hermandad azul”, buscan la intervención de diputados ante la problemática que enfrentan por el elevado cobro de intereses de sus créditos para viviendas. Denuncian que han pasado años pagando al Fovissste, y en lugar de deber menos, la deuda se ha triplicado y es mayor cuando recurren a la famosa reestructura.
Señalan que un derechohabiente que hace 11 años obtuvo un crédito por 480 mil pesos, ha pagado más de 500 mil y la deuda en su estado de cuenta, con la demasía, es todavía de un millón 500 mil pesos y, lo peor, aún les falta por pagar otros 18 años.
Los jubilados y trabajadores “derechohabientes” del Fovissste han advertido que no quitarán el dedo del renglón para que la Cámara de Diputados tome cartas en el asunto ante lo que califican como el “abuso y usura gubernamental”.
Ante ello, el diputado Femat Bañuelos urgió a reformar la Ley del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado, pues a pesar de que a través de este fondo se han dado cerca de un millón de créditos para vivienda, se constata que se ha convertido en un calvario, porque de forma recurrente se aplican medidas que no han representado beneficio alguno para los deudores.
En rueda de prensa, repuso que su propuesta plantea que los recursos para la operación del Fondo de la Vivienda se integren con los intereses pagados por los créditos otorgados y que, en todos los créditos vigentes, se reestructure el pago a pesos.
Además, propuso que si en la restructuración resultara que el acreditado ya pagó el saldo total de su crédito mediante todos sus descuentos realizados con esa tasa, el crédito se deberá dar por terminado y totalmente finiquitado para proceder a la liberación de la hipoteca.
El legislador del PT previno que en su iniciativa también se estipula se fije una tasa de interés anual de entre 4 y 6 por ciento; y que quienes obtuvieron su crédito estando activos laboralmente, pero ahora están jubilados o pensionados, sus créditos se reestructuren en pesos con una tasa fija anual y se les cobre el 20 por ciento de su pensión.
Al respecto, el diputado Gerardo Fernández Noroña consideró necesario revisar todas las condiciones en que se encuentran los créditos hipotecarios de las y los trabajadores del país, para que puedan liquidarse en tiempos menores; ya que el costo de la vivienda se paga en un número superior a su construcción y al proyecto inmobiliario.
“Esta es la primera de un paquete de iniciativas para enfrentar este tema tramposo en la que trabajadoras y trabajadores se han quedado envueltos por créditos de vivienda, con contradicciones y esquemas de financiamiento favorables para las instituciones bancarias”.
Incluso sostuvo que, lo que antes era una conquista sindical para los trabajadores del Estado, hoy en día se ha convertido en una pesadilla, producto de políticas económicas totalmente contrarias a los intereses del pueblo.
Por su parte, la diputada Lilia Aguilar Gil, presidenta de la Comisión de Vivienda de la Cámara baja expuso que desde dicho órgano se dictaminará un punto de acuerdo para eliminar los despachos de cobranza que fueron aprobados por Consejo Directivo del Infonavit. “Estos despachos aterrorizan a la gente, les llaman por la madrugada, les cobran, amenazan y actúan verdaderamente como delincuentes”.
Recordó que las y los derechohabientes son dueños del dinero que se les está prestando para los créditos, y que deben ser ellos quienes encabecen los esfuerzos de dichas instituciones, y no al revés. Las protestas organizadas, o semisilentes, se repiten ahora en las redes sociales, cuando los directivos de los organismos hacen como el avestruz, ocultan la cabeza. Ni los oigo, ni los veo…
Y ya que hablamos de fraudes… Aún no se terminaba de redactar esta serie de quejas cuando nos sorprendimos con otras denuncias de fraude cometidas por empresas como la “First Club Vacancy” que lo mismo cuenta con oficinas en la ciudad de México, que en Cancún, Quintana Roo.
Con artimañas, supuestos directivos de First Club convencen a incautos de que tendrán “derecho a vacacionar” en cualquier tiempo en hoteles “cinco estrellas” de la Riviera Maya, previo pago de 80 mil pesos; monto que poco a poco aumenta, aunque todavía no disfruten del servicio de hospedaje.
Tan sólo en relación a esta empresa, la delegación de la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), ubicada en la calle de Carmona y Valle, en la CDMX, admite tener más de 15 quejas; aparte de las cientos de denuncias que circulan en redes sociales.
Lo increíble del espinoso asunto radica en que ni Profeco ni la Secretaría de Turismo impiden los millonarios fraudes que, impunes, cometen empresas como First Club; a pesar de las crecientes denuncias de “clientes”. O será que Lo que no suena lógico, suena metálico…
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