Por José Cruz Delgado

*Este poblado es conocido como “La Cuna del Molcajete” y es el mayor productor a nivel internacional de este utensilio *En 2018 elaboraron uno de los molcajetes más grandes del mundo; midió dos metros de diámetro, uno de altura y pesó más de cuatro toneladas.

Coneme / El molcajete es todo un símbolo de la cultura mexicana, y es que en él se elaboran deliciosas salsas para acompañar a los mejores platillos de la gastronomía del país, este artículo de cocina es único en el mundo y en Michoacán existe un poblado que se dedica a la elaboración artesanal de los molcajetes, se trata de San Nicolás de Obispo, una de las 14 tenencias con las que cuenta Morelia.

Este mágico lugar tiene 450 años de historia y actualmente se compone de cuatro barrios: Barrio Bonito (parte principal de la zona), Barrio del Nipis, Barrio del Chicalote y Barrio de los Buenos Aires. La población se distingue por su colorido, su ambiente tranquilo pero sobre todo resalta porque la mayoría de sus habitantes son artesanos que se dedican a fabricar molcajetes y metates de piedra de diferentes formas y tamaños.

Los molcajetes son elaborados a partir de piedra volcánica extraída del Cerro del Águila, una vez teniendo una roca de buen tamaño y apta para trabajarla, los productores inician el proceso de creación tomando como base la técnica conocida como “lapidaria” la cual consiste en darle forma a una simple roca.

El aprendizaje de esta práctica se ha transmitido de generación en generación durante décadas y el resultado son auténticas obras de arte reconocidas a nivel nacional e internacional. Tan relevante es la producción de estas artesanías que, San Nicolás de Obispo ha sido reconocido como el mayor productor a nivel mundial de molcajetes.

Mas la creatividad no se queda en simples piezas tradicionales, pues incluso en  2018 un conjunto de artesanos elaboraron uno de los molcajetes más grandes del mundo, el cual mide más de dos metros de diámetro, uno de altura y pesa aproximadamente cuatro toneladas, una pieza sin duda impresionante.

El proceso de realización de estas piezas es tan único y artesanal que incluso el Instituto Mexicano de Propiedad Industrial (IMPI) dio a los productores de San Nicolás de Obispo reconocimiento de Marca Colectiva bajo el nombre Molcsanic.

Además de poder apreciar y adquirir estas piezas artesanales, al visitar este bello pueblo michoacano se recomienda visitar el Templo de San Nicolás Obispo del siglo XVI, admirar su portón que data del siglo XVIII, su retablo del siglo XVIII, y sobre todo conocer su Cristo de pasta de caña de maíz del siglo XVI que fue una donación de Vasco de Quiroga. También se pueden encontrar espacios de relajación con a con temazcal y masajes terapéuticos. Y, a finales de año se realiza la Feria del Molcajete, la cual por ahora ha sido suspendida debido a la contingencia sanitaria.