Por Lic. Alberto Woolrich Ortíz

Coneme / No existe para la abogacía independiente de la República nada más aborrecible e infame en el ámbito de las leyes, que el degradante objetivo de dar satisfacción a bastardos intereses de politiquería y demagogia, con ello se pretenden violentar nuestras normas, así como la letra y espíritu de nuestra Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. En el mundo de las togas ese actuar es execrable.

Si a ello aunamos la proclividad a obtener bastardos beneficios que dañen la imagen de nuestro México ante la comunidad internacional, entonces nos encontramos frente a un engendro de múltiples facetas, en donde parecen implicados como presuntos violadores constitucionales, ciertos Ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación los cuáles emitieron su venia en una sentencia de amparo en revisión; determinación que ordena que en cualquier contenido de las estaciones de radio y televisión de nuestra gran Nación se deba de crear una diferencia o divergencia entre aquella información dada a saber a la opinión pública y el sentir, opinión, criterio o convicción del correspondiente comunicador. Sosteniendo ese aberrante criterio lo único que se pretende es silenciar o amordazar a los respectivos comunicadores.

La Academia de Derecho Penal del Colegio de Abogados de México, A.C., estima en el antepuesto orden de ideas, que a los creadores y juzgadores de tal ignominia no debió escapárseles el hecho simplísimo de respetar nuestra Ley Suprema y por sobre todo su espíritu, el cuál recalca que todos, absolutamente todos los mexicanos gozamos del beneficio de “Libertad de Expresión”. Principio constitucional basado en las enseñanzas de la Biblia: “De la abundancia del corazón habla la boca” (San Mateo) EX ABUNDANTIA CORDIZ OS LOQUITUR.

Ante éste hecho tan criticable, tan reprobable y de indefectible e inaudita violación a nuestra Suprema Ley, el Foro Independiente de la República, se ha unido para repudiarla, en virtud, de que unos iletrados e incultos Ministros de la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, otorgaron su voto para la pervivencia de tal adefesio jurídico, posiblemente abrumados de prebendas; de inmediato dieron atención, como lo fue, a los supuestos razonados argumentos externados por su creador, mismo que no aspira humo de buen derecho.

Todo ello extrañamente pretende favorecer al Poder Ejecutivo y/o a la Cuarta Transformación de la República, quién como es de fama pública, no ha actuado con la corrección que ordenan las leyes, porque según ellos sufren el oprobio y crítica de los más amplios sectores del pueblo y de la comunicación que se atreven a señalar sus errores.

Absolutamente todos los mexicanos entendemos sólo de acciones y palabras directas, no en balde nuestros héroes legaron al pueblo de México la herencia de libertad. Ya no valen más promesas.

La sentencia de amparo en revisión emitida en el expediente 1031/2019 y aprobada por la mayoría de la Primera Sala es absurda, ilegal y ridícula. Con ella se pretende amordazar al comunicador, silenciarlo, evitando con ello más críticas por muchos incorrectos actuares.

Señores del Gobierno, si quieren evitar ataques, burlas, censuras, murmuraciones, detracciones o lo que sea, sólo actúen con corrección, respetando lo que mandata nuestra Constitución.

Es cuanto.