Por Andrea Estévez

-Significó un gran retroceso en el país, pero también representó la apertura democrática, dijo

Coneme / “La masacre en la Plaza de las Tres Culturas de Tlatelolco, el 2 de en octubre de 1968, en contra del Movimiento Estudiantil, fue un crimen de Estado, planeado, ordenado y ejecutado en las más altas esferas del poder, que hasta la fecha sigue impune”, lamentó el coordinador del Grupo Parlamentario del Partido del Trabajo (GPPT), diputado Alberto Anaya Gutiérrez.

En el marco de la conmemoración del 53 aniversario de la matanza de Tlatelolco, el legislador dijo que este lamentable acontecimiento “debe estar en la conciencia del pueblo de México, en los estudiantes, los maestros, los campesinos, en las clases medias, porque significó un gran retroceso en el país, pero también representó la apertura democrática, la lucha por las libertades democráticas, de expresión, de reunión, de manifestación, que hasta entonces estaban prohibidas”.

El líder parlamentario agregó que el movimiento estudiantil del 68 permitió que hoy México viva un mejor clima de libertad, “por eso no se deben olvidar a los caídos del 2 de octubre… ese suceso significó un parteaguas en la historia de nuestro país”.

Recordó que en México la represión del Estado a las luchas y los movimientos sociales de campesinos, obreros, estudiantes, maestros, ferrocarrileros, médicos, entre otros, venía de muchos años atrás. Sostuvo que se trató de una época de represión sistemática a los movimientos sociales. Todo eso englobaba una situación difícil, que permitió el estallido del movimiento estudiantil popular. Anaya Gutiérrez subrayó que esos trágicos hechos deben mover a la reflexión, porque, sin duda, no se deben quedar de lado, deben mover a la reflexión, porque se trató del acto represivo más sobresaliente del expresidente Díaz Ordaz”.