Por Alfredo Martínez de Aguilar

  • Sin embargo, el supuesto e inexistente combate a la sempiterna corrupción,
    convertida en su principal bandera político-electoral amenaza con sepultar su triunfo al
    volverse contra él.
  • La crítica más ácida contra el presidente López Obrador, el gobierno de la 4T y su
    partido Movimiento de Regeneración Nacional ha sido lanzada por Carlos Urzúa y Jaime
    Cárdenas Gracia.

Uno de los efectos más devastadores en las guerras es la derrota inmediata de la verdad. Y
la política es la guerra continuada por otros medios y el derecho es una cierta manera de
continuar la guerra.
La primera sentencia es obra del senador estadounidense Hiram Johnson en 1917, cuya
vigencia es permanente, a pesar de ser pronunciada hace casi cien años durante la
Primera Guerra Mundial.
Las últimas son afirmaciones que Foucault desarrolló a propósito de la política y el
derecho, invirtiendo la frase de Carl von Clausewitz: La guerra es la política continuada por
otros medios.
Hoy, a querer o no, guste o no, la guerra se desarrolla en la arena de la opinión pública, a
través de los medios de comunicación en general, pero particularmente de las benditas
redes sociales.
Al utilizar su empoderamiento mediático para aplastar a sus adversarios y enemigos para
llegar a la presidencia de la república, Andrés Manuel López Obrador jamás imaginó que
creó un monstruo.
El huevo de la serpiente incubado por la 4T da lugar a la paradoja condicional de la
serpiente que devora su cola basada en una suposición filosófica y religiosa sobre el
eterno retorno al pasado.
Si una serpiente empieza a comerse su cola y acaba comiéndose absolutamente todo su
cuerpo, ¿Dónde estaría la serpiente, si está dentro de su estómago, que a su vez está
dentro de ella?
Su empleo como expresión de la mitológica serpiente Uróboros ilustra la idea de lo
perjudicial que puede ser uno mismo a raíz de sus propias características o modos de
actuar en la vida en general.
Andrés Manuel López Obrador, genial animal político, formado con los dinosaurios del
viejo sistema político mexicano Carlos Pellicer y Enrique González Pedrero, sólo teme a la
prensa y a las redes.
Sabe del efecto multiplicador y demoledor de los mass media; de ahí su campaña de
terror contra la prensa y las benditas redes sociales. No teme a la ley porque su hechura
garantiza impunidad.

Sin embargo, el supuesto e inexistente combate a la sempiterna corrupción, convertida en
su principal bandera político-electoral amenaza con sepultar su triunfo al volverse contra
él.
La crítica más ácida contra el presidente López Obrador, el gobierno de la Cuarta
Transformación y su partido Movimiento de Regeneración Nacional ha sido lanzada desde
áreas estratégicas.
Lo hizo Carlos Urzúa, ex secretario de Hacienda, vía una explosiva carta en la que expresa
su desacuerdo con que el gobierno tomara «decisiones de política pública sin el suficiente
sustento».
«Estoy convencido de que toda política económica debe realizarse con base en evidencia,
cuidando los diversos efectos que ésta pueda tener y libre de todo extremismo, sea éste
de derecha o de izquierda. Sin embargo, durante mi gestión las convicciones anteriores no
encontraron eco».
«Me resultó inaceptable la imposición de funcionarios que no tienen conocimiento de la
Hacienda Pública», agregó Urzúa en un mensaje dirigido a Alfonso Romo, un hecho que
«fue motivado por personajes influyentes del actual gobierno con un patente conflicto de
interés».
Mucho más vitriólica ha sido la carta de renuncia de Jaime Cárdenas Gracia, director del
Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado, quien denuncia corrupción y falta de recursos
en el Indep.
Enumera que hay actos de corrupción como mutilación de joyas, irregularidades
administrativas en procesos de valuación y, sobre todo, falta de recursos para cumplir con
compromisos de pago.
Durante su gestión descubrió que existía manipulación de sistemas informáticos y
tecnológicos para beneficiar a unas cuantas personas en la realización de subastas
electrónicas, por lo que ya se analiza presentar las denuncias correspondientes.
“Encontramos al inicio de nuestra función probables irregularidades administrativas:
procedimientos de valuación que no garantizan los principios del artículo 134
constitucional (mayor beneficio para el estado) mutilación de joyas, contratos favorables a
empresas y no al Indep y conductas de servidores públicos contrarios a las normas”, dijo.
Cárdenas Gracia mencionó en su carta que está pendiente conciliar la transferencia de los
2 mil millones de pesos que en febrero pasado se remitieron desde la Fiscalía General de
la República al Indep pues “hasta la fecha esos recursos están invertidos, generan
intereses y no han sido utilizados”.
Aunque se obtuvieron logros en los días que estuvo al frente del instituto, también se
enfrentaron retos de difícil solución. Y dijo que el Indep es un cofre con recursos
importantes “pero no inagotables, para que el gobierno federal realice su política social y
prioritaria”.
Reveló que se deben más de mil millones de pesos de las liquidaciones de Ferrocarriles
Nacionales y Luz y Fuerza del Centro, en el cumplimiento de laudos laborales que se
encuentran en ejecución. Además, se deben “cantidades importantes” a las empresas
proveedoras de servicios a la institución, principalmente de seguridad y administración de
almacenes.

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