Por Alejandra Origel

Coneme/ Padres de familia o tutores deben estar atentos a las relaciones que establecen mediante redes sociodigitales o videojuegos: María Santos Becerril Pérez

Con el uso desmedido de las redes sociales por parte de niñas, niños y adolescentes se incrementa de manera preocupante el ciberacoso contra menores de edad, también conocido como grooming, que puede ocasionar problemas de extorsión, pornografía infantil, incluso trata de personas.

De acuerdo con la profesora de la Facultad de Psicología de la UNAM, María Santos Becerril Pérez, es considerado como el hostigamiento de índole sexual por parte de adultos quienes con una identidad falsa contactan a menores que navegan en las plataformas digitales. Con engaños se ganan su confianza y obtienen de ellos información confidencial.

Además de redes sociodigitales como Facebook o TikTok, una de las plataformas que más utilizan los pederastas son los videojuegos, mediante los cuales fingen tener la misma edad de sus víctimas y comienzan a compartir información sobre gustos musicales, personajes de moda, artistas y deportes favoritos.

Colocan en su perfil de redes fotografías de jóvenes atractivos, o de personajes o caricaturas que pudieran vincularlos con su grupo de edad, a fin de que los identifiquen como sus pares, con quien pueden compartir y dialogar.

De igual manera, añadió, se valen de la falta de afecto y atención de los cuales podrían carecer en los ámbitos social y familiar, los cautivan con frases como: “¡qué bonita!, ¡qué guapo estás!”, “¡qué inteligente! o ¡qué carismático eres!”.

Además, suelen aprovechar sus momentos de vulnerabilidad, particularmente cuando enfrentan algún castigo o regaño en casa, o problema familiar, fingiendo que los comprenden, los seducen para entrar al plano de la intimidad emocional, entonces les piden compartir fotografías familiares, de sus vacaciones, en la playa con en traje de baño. Una vez que las obtienen, los pederastas se vuelven más intimidantes y amenazantes.

El objetivo es distribuirlas en el mercado negro, incluso extorsionarlos o llevarlos a una situación de chantaje con amenazas de subirlas a redes sociales o enviarlas a sus progenitores y familiares si no envían contenido más erótico o pagan cierta cantidad de dinero; incluso los presionan para tener una cita directa.