- De acuerdo a la encuestadora Massive Caller, el Gobernador Alejandro Murat y Oaxaca se
encuentran en el Top 10 en materia de Seguridad, Aprobación y Confianza. ¡Enhorabuena! - Sin embargo, la gobernanza y gobernabilidad cojean ante la falta de mayor coordinación y
firmeza para frenar el chantaje de los grupos de presión, respetando y haciendo respetar la ley.
Por Alfredo Martínez de Aguilar
En medio de la devastación de la crisis humanitaria planetaria provocada por la pandemia global
del COVID-19, por más increíble que parezca, hay buenas noticias que es importante compartir.
Y más importante todavía que esas buenas nuevas se refieran a Oaxaca y al Gobierno de Alejandro
Murat Hinojosa, en el entendido que si le va bien a su administración nos puede ir bien a todos.
Por su positivo desempeño a lo largo de sus primeros cuatro años de Gobierno, Alejandro Murat
Hinojosa se encuentra ubicado en el Top Ten de los Gobernadores mejor evaluados en el país.
De acuerdo a la encuestadora Massive Caller, el Gobernador Alejandro Murat y Oaxaca se
encuentran en el Top 10 en materia de Seguridad, Aprobación y Confianza. ¡Enhorabuena!
Estas categorías políticas son valores democráticos intangibles de suma importancia en la
percepción que tienen los ciudadanos y la población en general del desempeño de los Gobiernos.
Es innegable que no vivimos utópicamente en un lugar o situación de plena prosperidad y de
abundancia en el que las necesidades o deseos de todos, se satisfacen sin esfuerzo alguno.
Ciertamente, hay muchos problemas, los más productos de la herencia histórica maldita de la
escandalosa corrupción de gobiernos del pasado e, incluso, en algunos casos del presente.
No es menos cierto que la gobernanza y gobernabilidad cojean ante la falta de mayor firmeza para
cumplir con la obligación del juramento laico de respetar y hacer respetar ante todo la ley.
Para ningún oaxaqueño de buena fe es desconocido que la única y mayor industria boyante es la
del chantaje de los grupos de presión representados por las organizaciones sociales y políticas.
Pese a este déficit, Alejandro Murat está en el top 10 de gobernadores con mayor aprobación y
confianza ciudadana, y Oaxaca entre los estados con menor percepción de inseguridad.
Al iniciar el declive de su Gobierno y entrar en la recta final de su administración estatal el
Gobernador Alejandro Murat está doblemente obligado a resolver el grave déficit de la anarquía.
Y la solución es relativamente fácil y sencilla, salvo alguna excepción la inmensa mayoría de los
dirigentes de las organizaciones sociales y políticas son verdaderos pájaros de cuenta.
Tienen cuentas pendientes por saldar por diversos delitos con la procuración y administración de
justicia, con carpetas de investigación y órdenes de aprehensión pendientes de ejecución.
En consecuencia, urge una más estrecha coordinación y colaboración entre la dependencia
responsable de la política interior, la Fiscalía General del Estado y el Tribunal Superior de Justicia.
Si bien es cierto que el reto no es menor, no es menos cierto que Francisco García López, Rubén
Vasconcelos y Eduardo Pinacho, tienen la sensibilidad y firmeza de carácter para enfrentarlo.
Porque, hoy por hoy, no basta contar con un gobierno democrático. Es necesario, además que la
legitimidad de origen y de ejercicio del poder en el poder y desde el poder, cuente con calidad.
Para Robert Dahl en la noción de poliarquía, la democracia es concebida como un conjunto
específico de procedimientos que regulan el acceso al poder de un tipo de régimen político.
La democracia no sólo implica ciertos procedimientos para escoger y controlar el poder político,
sino también objetivos y resultados, como el desarrollo económico, la justicia social o la igualdad.
Es por demás sabido que lo que no se define no se puede medir, lo que no se mide no se puede
comparar ni evaluar ni menos mejorar, y lo que no se mejora termina siempre por degradarse.
De ahí la trascendencia de la evaluación de la calidad de la democracia y de la gestión de los
gobiernos, impulsada por las teorías de Guillermo O’Donnell, Leonardo Morlino y Larry Diamond.
El Índice de la Democracia son: Proceso electoral y pluralismo, Participación y Cultura política,
Libertades civiles y derechos humanos básicos, y calidad del funcionamiento del Gobierno.
Al margen de las teorías de la ciencia política, para efectos prácticos encarnados en la real politik
de la vida cotidiana, a los ciudadanos interesa la atención y satisfacción de sus problemas diarios.
Bien que la técnica de estudio de la demoscopia enriquezca con su aporte el conocimiento de
opiniones, preferencias, aficiones, etc. de los ciudadanos, a través de sondeos de opinión.