Por Héctor Trejo S.
Coneme / Desde que el ser humano se reunió en sociedad y la religiosidad formó parte de la estructura básica de los pueblos, las ideas de fervor siempre han ido de la mano con la tendencia del poder y la riqueza, triada compleja de asimilar pero que parece inevitable. Justo esa tesis lleva a los protagonistas de la cinta, “El Hoyo en la Cerca” a vivir una experiencia compleja, cruda para los ojos de los espectadores, pero llena de mensajes ineludibles.
La cinta del realizador mexicano, Joaquín del Paso, egresado de la escuela de cine de Lodz (Polonia), se apropia de un espacio a las afueras de la ciudad llamado Los Pinos, para concentrar a un grupo de jóvenes que aparentemente van a un campamento de verano, pero que son confinados por sus familiares para recibir una educación con tintes religiosos que les permita interactuar en su entorno de clase.
Ciertamente, los mensajes clasistas y religiosos son los más evidentes que nos quiere transmitir el nativo de la Ciudad de México, sin embargo, la denuncia social trasciende este simple argumento, pues se vale de la violencia grupal y el racismo como instrumento de control para impulsar los más bajos instintos del grupo en cuestión.
La sinopsis del filme nos indica que, en el espacio de encierro, donde los chicos se encuentran bajo la cautelosa mirada de sus tutores, reciben una educación moral y religiosa, pero descubren un hoyo en la cerca en el límite del campamento, situación que traerá consigo acontecimientos cada vez más inquietantes, relacionados con el miedo y la histeria que se propagan con rapidez.
Sin duda, los acontecimientos tienen tal similitud con el argumento de “El señor de las moscas” (novela de William Golding), que pareciera que estamos releyendo algunos fragmentos del libro, viendo a los protagonistas desbordar su ira, dejándose llevar por sus instintos o los instintos que les fueron inculcados.
Sin duda es un filme complicado, que si bien es cierto fue caracterizado por Valeria Lamm, Lucciano Kurti, Santiago Barajas, Yubah Ortega, entre otros, no es precisamente un largometraje dirigido para adolescentes, pues los códigos visuales y argumentales, tiene un trasfondo bastante complejo.
La estética visual y la música son dos aspectos dignos de reconocimiento, que aportan un montón a la narrativa del filme. Por un lado, la fotografía a cargo de Alfonso Herrera Salcedo, premiado en la Mostra de Venecia, captura un mundo redondo, que da la impresión en todo momento de estar en una esfera o una burbuja y que crea en el espectador una impresión de encierro y en algunos momentos de claustrofobia.
Por otro lado, la música, también juega un papel preponderante en el filme, pues la banda sonora de “El Hoyo en la Cerca”, fue compuesta por Kyle Dixon y Michael Stein, creadores del tema de Stranger Things.
Sin duda un filme complejo hasta para catalogarlo en un género cinematográfico específico, pero intenso y al fin de cuentas entretenido, que deja pensando al espectador y que resulta recomendable, incluso para una tarde de debate.
Sólo le recuerdo que la imaginación se disfruta más en la oscuridad del cine, así que no deje de asistir a su sala favorita. Para dudas, comentarios o sugerencias escríbame al correo electrónico [email protected] o sígame en mis redes sociales “Cinematografo04” en Facebook y Spotify, así como “Cinematgrafo04” (sin la “ó”) en Twitter.