Por Alfredo Martínez de Aguilar

  • Las causas del paro policial son más que conocidas, están a la vista de todos: la soberbia y deslealtad para con el pueblo y gobierno de Raúl Ernesto Salcedo y Guillermo del Pozo García.
  • En más de una ocasión Murat Hinojosa ha dado órdenes a Raúl Ernesto Salcedo Rosales para recibir a diversas personas y atender directa y personalmente sus denuncias, sin obedecerle.

La pandemia de la COVID-19 cambió al mundo y nos cambió la vida para siempre, nada será igual, pero no cambió el corazón ni los sentimientos de muchos seres humanos que pueblan la tierra.

Existía la confianza que las personas cambiaran para bien y que los dolores de la enfermedad y la muerte fueran la catarsis que permitiera sacar lo mejor de nosotros, pero no siempre ha sido así,

Por el contrario, en muchos casos, la crisis humanitaria planetaria ha sacado a flote lo peor de los seres humanos a nivel global. México y Oaxaca, lamentable y dolorosamente, no son la excepción.

No obstante esta cruel realidad, no debemos perder nunca la esperanza, el optimismo y la capacidad de asombro, para aprender las grandes lecciones de vida que surgen en la tribulación.

Este es el caso del innecesario conflicto provocado durante nueve días por el paro de actividades de los elementos de la Policía Estatal en reclamo de solución a demandas justas y legítimas.

Las causas del paro policial son más que conocidas, están a la vista de todos: la soberbia y deslealtad para con el pueblo y gobierno de Raúl Ernesto Salcedo y Guillermo del Pozo García.

Su permanente arbitrariedad, prepotencia y majaderías con sus subordinados marcó un claro contraste con la inteligencia, humildad y sencillez del Gobernador Alejandro Murat Hinojosa.

Para nadie es desconocido el trato déspota y majadero, incluso con las mujeres, del subsecretario de Información y Desarrollo Institucional de la Secretaría de Seguridad Pública de Oaxaca (SSPO).

Los policías que ejecutaron en Coatlán, murieron por “pendejos”, es una de las frases de Guillermo del Pozo, quien presumía ser inamovible por su amistad con el Gobernador Alejandro Murat.

A unas horas del acto conmemorativo del Día Internacional de la Mujer circuló en redes sociales una grabación en la que exhiben al funcionario de la Secretaría de Seguridad Pública de Oaxaca.

En la grabación, realizada en diciembre de 2019, en la sala de juntas del C4, del Pozo aceptó cometer actos ilegales para ayudar a sus allegados con viáticos y no regresar dinero a la federación.

La deslealtad de Guillermo del Pozo García es doblemente grave, porque a diferencia de Raúl Ernesto Salcedo Rosales, durante muchos años ha sido amigo personal de Alejandro Murat.

Por otro lado, la soberbia del secretario de Seguridad Pública de Oaxaca, cuya salida es inminente, ha llegado al extremo de desobedecer abiertamente las instrucciones precisas del Gobernador.

En más de una ocasión Murat Hinojosa ha dado órdenes a Raúl Ernesto Salcedo Rosales para recibir a diversas personas y atender directa y personalmente sus denuncias, sin obedecerle.

Prevenir y desactivar el conflicto era muy fácil, simple y sencillo, como lo demostró con su presencia el Mandatario Estatal al apersonarse en el Cuartel General de Santa María Coyotepec.

Con inteligencia, visión y sensibilidad, pero sobre todo con humildad y sencillez, bastaba recibir, atender, escuchar y dar respuesta a las justas demandas de los sufridos elementos policíacos.

En un golpe de audacia, por primera vez en la historia, el Gobernador Alejandro Murat tuvo la osadía de arribar al Cuartel General dela Policía Estatal en paro de labores, para escucharles.

Con sensibilidad reconoció que sus demandas eran legítimas y que serían atendidas, y nombró a Francisco García López, y Germán Espinosa, sus representantes en la mesa de negociación.

Murat tomó al toro por los cuernos el cuarto día en paro de actividades de los policías preventivos, a efecto de encauzar su solución. “El que va a encabezar las definiciones soy yo”, precisó.

Se comprometió a volver horas después, por la noche, al Cuartel de la Policía Estatal Preventiva para dar seguimiento al Pliego Petitorio con las demandas de los elementos policíacos en paro.

El secretario general de Gobierno y de Administración, supieron negociar, ajustaron a la realidad la respuesta a las demandas económicas por falta de recursos y entregaron buenas cuentas a su jefe.

Está pendiente la renuncia del secretario de Seguridad Pública, Ernesto Salcedo, y de los mandos Guillermo del Pozo, Francisco Santiago José, Ricardo Nava Mayorquín y Heliodoro Díaz Antonio.

A la luz de estos hechos se demuestra, una vez más, que el de Alejandro Murat Hinojosa es un gobierno de resultados, pero ante todo que sabe honrar su palabra al cumplir a los policías.

Al volver al Cuartel para oficializar el fin del paro, se echó a la bolsa a los policías al anunciar que se premiará con 80 mil pesos al Mejor Policía del Mes al iniciar una nueva etapa en su relación.

“Esta es su casa venga a la hora que guste”, invitaron a Murat al decir: “No están solos, aquí estaré con ustedes una vez al mes, para hacer una mejor Secretaría, gracias a ustedes y sus familias”.
“El gobierno debe cuidar a quienes nos cuidan, afirmó. Tenemos una Secretaría más sólida y robusta. Ningún elemento está solo, fue una gran oportunidad para mejorar sus beneficios”.

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