Por Alberto Woorlis
Coneme / En colaboración anterior para Argon México, titulada ‘’Togas de dignidad, otras de indignidad’’ sostuve que en memoria de Luis Cabrera y Abraham Polo Uscanga resultaría muy deseable mantenernos en pie de lucha y por desde luego exhibir aquellos ministriles de justicia que actúan bajo la protección de la corrupción y la ignorancia en la aplicación de la ley. En virtud de la difusión de la nota referida, se recibieron múltiples opiniones dirigidas al Foro Independiente de la Republica y a la abogacía en general, coincidiendo todas ellas en que dichos fenómenos deleznables deben de ser superados desde ya y a toda costa, no permitiendo tan bajas traiciones a la justicia y a nuestra Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, motivando para ello diversos actos de constricción por las aberrantes prepotencias de quienes en mal ejercicio de la procuración de justicia, se consideran amos y señores de la inmundicia y sinrazón.
Ante esta verdad, un dilecto amigo del periodismo don Edmundo Cázarez sugirió convertir el sueño en realidad, declarando para ello que los abogados penalistas se pongan en pie de lucha a fin de combatir con la ley y la espada de la justicia la impunidad, la ilegalidad y la corrupción que prevalece en el ámbito de procuración, impartición y administración de justicia y que dichos abogados nos hermanemos a fin de evitarle mas desventuras al Instituto Nacional de Ciencias Penales (Inacipe), agregando a ello que: ‘’México y su justicia no pueden ni deben de estar involucrados en todo aquello que la propia justicia rechaza, ni mucho menos se continúe encubriendo o gestando mas violencia por aquello en lo cual se involucro cierto narco politico’’. La abogacía no puede continuar en silencio aceptando ello.
Para quien estas líneas escribe, en este instante por el que atraviesa México, y a fin de alcanzar con éxito una anhelada justicia de transparencia que arroje como consecuencia una posible cicatrización de la herida, misma que se ha convertido irremediablemente en maléfica y mortal enfermedad para nuestra República, se sugiere que todos los abogados penalistas nos hermanemos y con dignidad nos pongamos en pie de lucha, como bien sugiere don Edmundo Cázarez.
Basta ya de guardar silencio los abogados penalistas de México debemos unificarnos y con posturas congruentes y viriles evitemos que la autoridad deje de guardar silencio, se abstenga de seguir siendo omisa en el cumplimiento de su deber, se eviten mas complacencias, complicidades, incapacidades y corrupciones para enfrentar a los enemigos de nuestra Justicia, a los adversarios de nuestro México.
Aquí y ahora cabe decir que la Academia de Derecho Penal del Colegio de Abogados de México A.C. se solidariza incondicionalmente con nuestros hermanos de profesión miembros del Instituto Nacional de Ciencias Penales, por ello hemos decidido unirnos a su defensa la cual es defensa de lo nuestro, de nuestras casas profesionales, de sus edificios, de aquellos centros de estudio e instituciones que bien preparan a los abogados penalistas de la República. Dicha defensa es también a la vez defensa de la justicia, defensa de nuestras togas, defensa de nuestras instituciones, nuestra soberanía y nuestro México.
En suma, la fuerza de la razón, la potencia de nuestros argumentos y la claridad de la justicia impedirá convertirnos en cómplices de las arbitrariedades, de las injusticia, de la ignorancia en la aplicación de la ley, de las ocurrencias, de la corrupción de aquellos que mal aconsejan a las autoridades para destruirnos.
Veamos el porque se requiere ponernos de pie para defender lo nuestro, para preservar una justicia digna y transparente, para protegernos de ingeniosidades por parte de las autoridades que no conocen nuestra historia jurídica y con ello pretenden la destrucción de lo bueno que se tiene.
La Academia de Derecho Penal del Colegio de Abogados de México A. C., esta mas que cierta que para salvaguardar y resguardar lo que siempre ha sido y seguirá siendo nuestro, se requiere hoy mas que nunca sacudir la ineficacia, la indignidad, la arbitrariedad, la ignorancia y la corrupción que hoy campea en todos los confines de nuestra Patria. Solo así México seguirá creciendo, seguirá siendo libre. Solo con ello nuestra justicia brillara.
Lic. Alberto Woolrich Ortiz
Presidente de la Academia de Derecho Penal del colegio de Abogados de México A. C.