Por Crispín Barrera Ponce
· Directores y exdirectores universitarios analizaron cómo mejorar la formación en esa disciplina
· Coinciden en que docentes y egresados deben contar con los conocimientos para atender las necesidades actuales de la sociedad
Coneme / Buscar que se agilice la aprobación, adecuación y modificación de los planes y programas de estudio; propiciar mayor vinculación con la empresa; impulsar las llamadas competencias suaves (cognitivas, autoliderazgo, interpersonales) y digitales, además de la formación integral de los alumnos, son algunas de las acciones propuestas por expertos para mejorar la formación en ingeniería en la UNAM.
Durante la mesa “Cómo mejorar la formación en ingeniería. Retos a enfrentar y acciones a desarrollar en el corto y mediano plazos. La visión de los exdirectores”, Luis Álvarez-Icaza Longoria, secretario Administrativo de la UNAM, mencionó, con base en el “Estudio regionalizado de pertinencia y calidad de las carreras de ingeniería BASE 2018 (Conacyt)”, que la matrícula aproximada en el país es de un millón de alumnos; y la eficiencia terminal de 57 por ciento en promedio.
El también exdirector del II destacó que el estudio también refiere que en términos generales 75 por ciento de los empleados en el país tenía un trabajo relacionado con la ingeniería; altos porcentajes de autoempleo se registran en las áreas de agronomía, y quienes son empleados en alto número son los de electrónica, automatización e ingeniería civil. El salario promedio de inicio para un egresado de escuelas mexicanas fue de 12 mil 527 pesos en ese año.
Al referirse al caso de la UNAM, con base en un estudio de la Alianza para la Formación e Investigación en Infraestructura para el Desarrollo de México, y en comparación con los ámbitos nacional e internacional, se encontró que en los planes de estudio se debe incorporar la habilidad de aprendizaje permanente, además de que sean interdisciplinarios y flexibles.
Con respecto a los docentes, uno de los aspectos importantes es su actualización y preparación para que formen a los estudiantes en pensamiento creativo y trabajo en equipo, con énfasis en la solución de problemas, entre otros rubros.
En ocasión de las celebraciones por el 65 aniversario del Instituto de Ingeniería (II), Rosa María Ramírez Zamora, directora de la entidad, destacó que es fundamental hacer más competitivos a los egresados y a los docentes, a fin de que “podamos seguir aportando desarrollos en beneficio de nuestra sociedad” como en telecomunicaciones, los cuales nos han permitido continuar el trabajo a distancia.
Es importante considerar el uso de las tecnologías de la cuarta revolución industrial, las habilidades suaves y qué carreras nuevas se deben impulsar. Para mejorar y tener una formación integral de ingenieros no sólo se deben tomar en cuenta los aspectos operativos, sino sus actitudes, aptitudes, valores y emociones, agregó.
Fernando Macedo Chagolla, director de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Aragón, expuso que en los últimos años las empresas con mayor impacto económico a escala mundial son las de base tecnológica: en la última década se pasó del sector energético al de información, y ese es de los principales retos que deben enfrentar las entidades que forman a los ingenieros.
Hoy, continuó, es inevitable hablar de la construcción asistida por computadora que permite manejar todos los procesos constructivos, desde el diseño hasta la ejecución de la obra, mediante bases de datos. “Lo mismo tenemos en el área metal-mecánica, la electrónica y, por supuesto, en los procesos de información”, entre otras.
Hay que poner sobre la mesa las necesidades de la sociedad, que van a ser la principal fuente de trabajo de los ingenieros en el futuro. Se debe pensar en un perfil de profesionales que pueda desarrollar soluciones para la sociedad, consideró el titular de la FES Aragón.
Enrique Fernández Fassnacht, director general del Tecnológico Nacional de México, destacó que hay una demanda importante de carreras como Ingeniería Industrial (la más cercana a la administración); sin embargo, los jóvenes temen a otras, como la Biotecnología que es importante para el desarrollo del país.
Para José Luis Fernández Zayas, exdirector del II, se prevé que el cúmulo de conocimientos que tendrá un ingeniero en la próxima década será superior al de especialistas del área en el último siglo.
El también exdirector de esa entidad académica, Francisco José Sánchez Sesma, recalcó que la revisión de las carreras debe poner énfasis en los conocimientos básicos, de matemáticas, comunicación y manejo del lenguaje, y ofrecer una especialización en la última etapa de la carrera. La meta es mejorar el nivel académico.
Al hacer uso de la palabra, Sergio Alcocer Martínez de Castro, extitular del Instituto, opinó que, en general, las universidades están sobrerreguladas y los procesos de aprobación de planes y programas de estudio son ejemplo de ello.
En cuanto a la sobreoferta de profesionales del área, “más que un problema hay una oportunidad para lograr que la recuperación económica del país, después de la pandemia, sea más rápida. Y esa posibilidad de recuperarnos tiene que pasar a través de mejorar la calidad docente de nuestras universidades”.
Para Adalberto Noyola Robles, quien también dirigió esa entidad universitaria, es indispensable que los alumnos de ingeniería tengan base sólida de conocimientos en la materia, ciencia y matemáticas.
En cuanto a las clases a distancia, manifestó que ofrecen numerosas oportunidades, aunque también riesgos porque la matrícula se puede incrementar, razón por la cual debe medirse –de manera paralela– la eficacia de la enseñanza y el aprendizaje.