Por Héctor Trejo S.
Coneme / Interactuamos en un mundo caótico, lleno de problemas, de complejidades, que por necesidad debemos transformar o adaptarnos al entorno, mimetizarnos en el ambiente y volvernos camaleones para poder sobrevivir… eso le sucede a tres chicas que tuvieron el tino de nacer y habitar en la sierra de Guerrero en la zona de cultivo de la amapola, argumento que detona la pericia de la cineasta mexicana Tatiana Huezo en “Noche de fuego”.
El filme cuya tesis pretende mostrar el clima de extrema peligrosidad en el que concurren los habitantes del llamado Triángulo Dorado en la Sierra Madre del Sur, es francamente devastador y categórico, poniendo la mirada en tres personajes aparentemente débiles y con un grado de inconsciencia importante, pero que buscan sobrevivir al destino que las tiene atadas a esa región.
El clima de inseguridad es tan complejo que permea hasta las comunidades más alejadas de las grandes urbes, con la peculiaridad de que es una región peleada por los grupos delincuenciales que pretenden expandir sus dominios y controlar el cultivo y distribución de la amapola. El filme de ficción, protagonizado por Mayra Batalla, Norma Pablo y Olivia Lagunas, además de ofrecernos una historia demoledora y llena de realidad, recrea la pupila del espectador, con planos abiertos en espacios naturales con su toque nebuloso (captados en la Sierra Gorda de Querétaro y el estado de Hidalgo) y captando rostros descriptivos plagados de emociones a flor de piel.
Un filme intenso que triunfó en el Festival de Cine de Cannes en la categoría Una Cierta Mirada, donde obtuvo una mención especial del jurado y que será una de esas cintas festivaleras que hacen recorridos triunfales por el mundo, antes de llegar a la cartelera mexicana. Sin duda un largometraje cuyo estreno debemos esperar con gusto en las marquesinas de nuestro país o en las plataformas de video bajo demanda. Un filme sumamente recomendable, apto para todo aquel cinéfilo con deseos de empaparse de las problemáticas sociales distantes a las grandes urbes, aunque con la capacidad de soportar imágenes impactantes.