Daniel Gómez Trejo
*“Nuestro país no será el mismo después de este 2024 pues la mitad de la población se habrá arrancado las cadenas invisibles de dominación masculina en el ámbito político”: dip. Benjamín Robles Montoya *“Se deberá repensar el fondo y la forma en que se ejerce el poder y desechar los clubes de compadrazgo y misoginia, así como eliminar para siempre la violencia y los techos de cristal”, aseveró
Coneme / Durante el debate de la Agenda Política de la Comisión Permanente sobre Claudia Sheinbaum Pardo como primera mujer Presidenta de México, el diputado federal Benjamín Robles Montoya sostuvo que su nombramiento significa para el país un hito que quedará marcado para siempre en la historia nacional y en la historia personal de cada mexicana y mexicano.
Al hacer uso de la tribuna, el vicecoordinador del Grupo Parlamentario del Partido del Trabajo (GPPT), aseguró que Claudia Sheinbaum continuará la obra de Andrés Manuel López Obrador y, por sí misma, emprenderá el camino más simbólico del que tengamos memoria; lo que generará que nuestro país no sea el mismo después de 2024, ya que la mitad de la población se arrancó las cadenas invisibles de dominación masculina en el ámbito político.
“Cambiará la forma en que las mujeres mexicanas se miran a sí mismas y ocupen, entonces, el lugar que siempre merecieron, es decir, con Claudia en la presidencia llegarán todas las mujeres, las del pasado, las del presente y las del futuro”, señaló.
En ese sentido, hizo un llamado a gobiernos municipales y locales a repensar el fondo y la forma en que se ejerce el poder, y desechar los clubes de compadrazgo y misoginia; igualmente, a las instituciones públicas a eliminar para siempre la violencia y los techos de cristal e invitó al Congreso a borrar las segregaciones y liberar iniciativas relacionadas con la igualdad sustantiva y derechos de las mujeres en todos los ámbitos.
De la misma forma, Robles Montoya reiteró este mismo exhorto en el ámbito ciudadano, empresarial y social, toda vez que es necesario aprovechar este momento histórico; sugirió que los consejos de administración, fondos y luchas se reestructuren, pero no como una concesión o una moda de género, sino como un reconocimiento y una oportunidad única para cambiar profundamente las creencias y modos de vida.
“Si alguien creía que la llegada de Claudia a la presidencia era sólo un cambio administrativo o político, como podemos ver, estaba equivocado; más bien, además de normalizar un proceso democrático, lo que su arribo simboliza en el fondo es la evolución de un país. México deja atrás carencias muy arraigadas, de carácter cultural, y se entrega a una nueva civilidad y a una reforma absoluta en el más profundo de su idiosincrasia”, finalizó.