Ramón Zurita Sahagún
Sucesión en el PAN
-Sucede cada ocasión en que el Partido Acción Nacional entra en un proceso de sucesión de su dirigencia nacional.
Coneme / Es entonces cuando las buenas maneras y la disciplina se relajan, para dar paso a la confrontación interna, la que, por fortuna, para ellos no trasciende demasiado fuera del entorno blanquiazul. Los panistas son aguerridos entre ellos y sus plenarias sirven para sacar enconos guardados, debatir de forma fuerte y directa y hasta se ha llegado al rompimiento y a la formación de grupos adversos que paulatinamente dejan la militancia en el partido.
El PAN es un partido que, como los demás opositores, se encuentra en plena reestructuración y que entra en su etapa de elegir nueva directiva nacional o reelegir a la actual, en momentos difíciles, donde deberá recapitular si sigue siendo una opción para el electorado. Dentro de lo difícil de la situación, los panistas no salieron tan mal librados de la pasada contienda electoral, donde obtuvieron más de cien diputaciones federales y refrendaron dos gobiernos estatales de los cuatro con los que llegaron a la elección del 6 de junio, resultando ganadores en los dos más poblados y perdiendo los dos con menos habitantes.
Es cierto decrecieron en el número de estados en que gobiernan, pero no llegaron al extremo del PRI que perdió los ocho en que gobernaba. La ambición de los políticos panistas es tan grande como la de los demás organismos políticos, por lo que varios personajes se encontraban esperando las condiciones en que se renovará el directorio panista. Como sucede tradicionalmente, los panistas optaron por colocar a puros incondicionales del actual dirigente nacional, Marko Cortés, dentro de la Comisión Electoral.
No se hizo caso de las diversas propuestas para que el organismo fuese plural y equilibrado para que los contendientes tuviesen las mismas oportunidades de competir con éxito. Marko Cortés busca, como la mayoría de sus antecesores, continuar en el cargo por un período más y ser el máximo dirigente nacional en ocasión de la selección del candidato presidencial. Los panistas ven en este actuar del michoacano Cortés el agandalle de Ricardo Anaya, quien dese nuevamente competir como candidato presidencial del partido blanquiazul en la contienda de 2024.
Por eso, varios de los que mantienen viva la misma aspiración no quedaron conformes con la forma en que se está preparando la elección de la dirigencia nacional. Dos de ellos, los gobernadores Francisco “Pancho” Domínguez de Querétaro y Diego Sinhué Rodríguez de Guanajuato, se inconformaron, ya que cuando menos el queretano Domínguez pretende competir por la dirigencia nacional del partido y desde ahí catapultarse a la candidatura presidencial, mientras que el guanajuatense se prepara para saltar del gobierno estatal a la nominación presidencial.
La sucesión en la dirigencia nacional panista va concatenada con la candidatura presidencial, por lo que todos los implicados saben que saldrán chispas de dicha contienda, sobre todo porque dentro del panismo se han fomentado las ambiciones de unos pocos y relegados a los demás. Los panistas, como en tiempos pasados, mantienen su pequeño círculo del poder, por lo que algunos militantes han preferido ver los toros desde la barrera. Sin embargo, la disputa por el poder calentará los ánimos y más cuando se cerraron las afiliaciones que unos pocos quieren abrir, para dar margen
Por lo pronto en los próximos días se conocerán posturas de los aspirantes a la dirigencia nacional del partido, aquellos que pretenden relegar a Marko Cortés y sus huestes, con la que la gran mayoría no está conforma, pero que mantiene en sus manos los principales organismos internos del partido. En el PAN no se advierte una sola figura que pueda unificar criterios o que surja como un potencial aspirante a la candidatura presidencial y mucho menos que sea el garante de una nueva alianza con los otros partidos, para presentar un frente común que pueda competir contra él o la abanderado (a) de MORENA. El senador Ricardo Monreal, presidente de la Junta de Coordinación Política, pidió sea la Corte la dirima la controversia que hay en el Tribunal Electoral, mediante una carta enviada a Arturo Zaldívar y a los otros diez ministros de la Corte. Se dice preocupado por los acontecimientos surgidos en el Tribunal Electoral que llevaron a relevar al presidente en funciones y designar uno nuevo.