Por Alfredo Martínez de Aguilar
- Sin pecar de amarillismo periodístico, el Corredor Multimodal Interoceánico y el Ferrocarril es
una de las últimas oportunidades de crecimiento y desarrollo del Istmo de Tehuantepec, de
Oaxaca y del sur-sureste. - Para nadie es desconocido que es indispensable desaparecer diversas áreas del Poder
Ejecutivo del Gobierno del Estado en las que entre los trabajadores de confianza proliferan
familiares, amigos, compadres, novias y novios.
Contra toda lógica formal y a riesgo de escandalizar a las hipócritas buenas conciencias y a los
políticamente correctos, irónicamente la pandemia del COVID-19 podría hacer realidad El Milagro
Oaxaqueño.
De ninguna manera es una opinión jalada de los pelos ni mucho menos producto de un sueño de
opio, sino resultado simple y sencillamente del análisis responsable de elementos objetivos a la
vista de todos.
Primeramente, en todo México ningún integrante de la vieja y nueva clase política ignora que el
Gobernador consentido y, con sentido, del Presidente Andrés Manuel López Obrador es Alejandro
Murat Hinojosa.
En este contexto, se da por descontado, por supuesto, la evidente, pública y notoria preferencia
del Primer Mandatario por Oaxaca, como lo prueba el hecho que suman ya dieciséis giras de
trabajo presidencial.
Tampoco se desconoce que va el Programa de Desarrollo del Istmo de Tehuantepec en general,
pero especialmente de manera particular el Corredor Multimodal Interoceánico y el Ferrocarril del
Istmo de Tehuantepec.
Se trata de razones geopolíticas estratégicas de interés altamente prioritario para Estados Unidos,
conformadas por los poderes de iure y de facto, con intereses multimillonarios en la guerra
comercial contra China.
Dado el fortalecimiento del posicionamiento electoral del candidato demócrata Joe Biden en el
primer debate presidencial, todo parece indicar que será el próximo presidente del establishment
de Estados Unidos.
Lástima que la soberbia o miopía de algunos amigos y cercanos colaboradores del Gobernador
Alejandro Murat no terminan de entender la trascendencia global de las obras del Corredor
Interoceánico.
Sin pecar de amarillismo periodístico, el Corredor Multimodal Interoceánico y el Ferrocarril es una
de las últimas oportunidades de crecimiento y desarrollo del Istmo de Tehuantepec, de Oaxaca y
del sur-sureste.
Este señalamiento, no es exagerado ni mucho menos alarmista. Salvo por el dinero del lavado del
crimen organizado y del narcotráfico y de las remesas de los migrantes, Oaxaca carece de fuentes
financieras de crecimiento y desarrollo.
A ello se suma, desde luego, la próxima terminación de las dos supercarreteras al Istmo y a la
Costa que a mediano plazo, después de la pandemia del COVID-19, contribuirá a fortalecer y
consolidar el crecimiento y desarrollo.
Hay, además, una coyuntura sumamente trascendente que hasta ahora ha sido poco valorada: el
adelgazamiento de la macrocefalia laboral burocrática en el Gobierno del Estado, sobre todo, en el
Poder Ejecutivo.
Recientemente, el gobernador Alejandro Murat anunció que realizará ajustes a diversas áreas del
Gobierno del Estado y adelantó que dará a conocer la desaparición de varios espacios, no
prioritarios.
No obstante, dejó claro que la desaparición de las áreas, decisión difícil, pero necesaria, implica
sólo recortes del personal de confianza, por lo que no se perjudicarán los derechos laborales del
personal sindicalizado.
El Mandatario estatal afirmó que “Oaxaca está en una posición única, por su manejo de finanzas
sanas, y como otros estados no la tienen, hay gobernadores que están enojados y están
pataleando, porque no hay dinero”.
Nunca como ahora el Poder Ejecutivo del Gobierno del Estado tiene la oportunidad histórica de
adelgazar la macrocefalia laboral burocrática, cuyo exagerado crecimiento amenaza con generar
una grave crisis financiera.
Para nadie es desconocido que es indispensable desaparecer diversas áreas del Poder Ejecutivo
del Gobierno del Estado en las que entre los trabajadores de confianza proliferan familiares,
amigos, compadres, novias y novios.
El mayor foco rojo que debe alertar al Gobernador Alejandro Murat del riesgo de enfrentar una
grave crisis financiera en materia presupuestal es la quiebra del Fondo de Pensiones como
resultado de la escandalosa corrupción.
Una de las ambiciosas metas junto con el combate a la corrupción en la administración pública en
los tres órdenes de gobierno ha sido adelgazar la carga laboral en el número de trabajadores y la
simplificación administrativa.
Hoy, con visión y sensibilidad, el Gobernador Alejandro Murat tiene la oportunidad inigualable de
pasar a la historia optimizando al máximo los siempre escasos recursos presupuestales haciendo
más con menos.
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@efektoaguila