Por Roxana Hebe Hernández

*También tomó protesta a nuevos consejeros

Coneme / El pleno del Consejo Universitario (CU) de la UNAM aprobó conferir el grado de investigadores eméritos a la doctora Deborah Dultzin Kessler, del Instituto de Astronomía; y a los doctores Carlos Federico Arias Ortiz y Mario Humberto Ruz Sosa, de los institutos de Biotecnología e Investigaciones Filológicas, respectivamente.

Al inicio de la sesión de hoy, el CU guardó un minuto de silencio en memoria del ex rector Pablo González Casanova, doctor honoris causa, profesor e investigador emérito, y por los también profesores eméritos Eulalio Benito Juárez Badillo y Adolfo Atilio Malvagni Gilly.

Astronomía extragaláctica y de los hoyos negros

Desde hace cuatro décadas, Deborah Dultzin Kessler ha investigado las condiciones físicas y dinámicas de las regiones próximas y al interior de los hoyos negros; la variabilidad de los núcleos activos y altas energías, y el efecto del entorno circungaláctico en la evolución de los núcleos activos de galaxias, en las que se ha posicionado como un referente a nivel internacional.

Los tres ejes anteriores se han integrado dentro del paradigma conocido como Modelo Evolutivo de los Núcleos Activos de Galaxias, que significó un quiebre sobre cómo se entiende y explica la formación y evolución de los hoyos negros y de las galaxias.

Publicó los primeros datos sobre espectros ultravioleta de cuásares, lo que le permitió teorizar sobre la composición y dinámica de esas galaxias. Junto con su equipo logró identificar la masa del hoyo negro supermasivo y la tasa de acreción de material, mismos que condicionan la evolución de los núcleos activos de galaxias, sentando así las bases para comprender el origen y desarrollo de los cuásares.

De igual forma, logró demostrar el fenómeno de la “microvariabilidad óptica”, que antes no era aceptado por la comunidad científica dada la complejidad para confirmarlo.

Ha publicado más de 150 artículos en las revistas de mayor prestigio con arbitraje internacional, más de un centenar en memorias de congresos internacionales in extenso. Es autora de 34 artículos de divulgación, un libro editado por el Fondo de Cultura Económica, la Secretaría de Educación Pública y el entonces Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, y es coautora de cinco libros de divulgación. Sus trabajos tienen alrededor de 10 mil citas, lo que la posiciona dentro de los 10 astrónomos mexicanos más referenciados a nivel mundial.

Es una destacada formadora de recursos humanos. En la Licenciatura en Física de la Facultad de Ciencias imparte asignaturas desde 1974; y a partir de 1988, en el Posgrado en Astronomía. Ha dirigido 24 tesis y fungido como asesora de posdoctorantes de México, Estados Unidos, Canadá, España, Italia, Reino Unido y China. Es integradora de una destacada escuela científica que ha posicionado al Instituto de Astronomía -y a la UNAM- como un importante centro de investigación mundial en el estudio de los Núcleos Activos de Galaxias.

Difusión de la virología y la epidemiología

Carlos Federico Arias Ortiz ha promovido el desarrollo de la virología en la UNAM, en el país y a nivel internacional. En las últimas cuatro décadas, junto con sus grupos de trabajo, ha realizado contribuciones a la salud pública en temas relacionados con los virus gastrointestinales, astrovirus y rotavirus, que causan aproximadamente 250 mil muertes anuales, así como para la comprensión y caracterización de los virus responsables de las pandemias por influenza A-H1N1 y COVID-19.

En el caso del rotavirus, logró caracterizar el proceso de infección y proponer un modelo innovador sobre el ingreso del virus a la célula, mediado por su interacción con diversas moléculas de la superficie celular, rompiendo el paradigma mundial de la biología celular de “un virus – un receptor”. En cuanto al astrovirus, describió su organización genómica, así como los procesos de ingreso, morfogénesis y egreso de la célula hospedera, que lo posicionó como referente a nivel mundial.

Ha generado tecnología aplicada a la salud para salvar vidas en todo el mundo. Un ejemplo es la transferencia tecnológica que realizó en 2010 a una empresa sobre el diagnóstico específico de la cepa de influenza AH1N1, responsable de la pandemia de 2009.

Además, asesoró a gobiernos, incluyendo el de la Ciudad de México, de los estados de Morelos y Veracruz, así como a la UNAM, para investigar el brote de influenza en el poblado de La Gloria, Veracruz, logrando aislar el virus, determinar su secuencia genómica y rebatir la opinión internacional de que la pandemia había iniciado en esa población.

Durante la emergencia por COVID-19, implementó métodos innovadores para diagnosticar el virus en muestras con enfermedad respiratoria, lo que permitió identificar y dar seguimiento a personas infectadas con este virus. Su laboratorio capacitó a más de 20 instituciones académicas nacionales en el diagnóstico del virus y conjuntó el esfuerzo de instituciones -como el Instituto Mexicano del Seguro Social, Instituto Nacional de Investigaciones Respiratorias- para la vigilancia genómica de SARS-CoV-2 en México.

Ha publicado 198 artículos en revistas internacionales, 27 capítulos de libros (15 nacionales y 12 internacionales) y su obra ha sido citada más de siete mil veces a nivel mundial. Además, es gran formador de científicos. Por más de 20 años coordinó el curso de Virología Molecular, en la Licenciatura en Biología de la Facultad de Ciencias y de la licenciatura en Ciencias Genómicas de la UNAM, así como en la licenciatura del Centro de Dinámica Celular de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos.

Ha impartido cursos en los posgrados de Ciencias Biomédicas y Ciencias Bioquímicas de la UNAM, y de Farmacología en la UAEM. Ha graduado 53 estudiantes que son referentes académicos en universidades y centros de investigación como los institutos nacionales de Cancerología, de Salud Pública, de Medicina Genómica y de Ciencias Médicas y Nutrición, consolidando una escuela de Virología en México.

Lingüística Indomexicana

 Mario Humberto Ruz Sosa ha realizado una excepcional labor como investigador, docente y difusor de la Etnología y de la Lingüística Histórica. Su obra se ha traducido al francés, inglés, ruso e italiano y ha impactado en el pensamiento sobre la cultura maya en todo el mundo.

Se interesó por el estudio del hombre como sujeto social al efectuar su servicio social de médico en Chiapas, donde interactuó con grupos mayas y reconoció la necesidad de comprender y preservar la herencia cultural de los pueblos indígenas. Luego, estudió Antropología e Historia, y se acercó al Centro de Estudios Mayas, del Instituto de Investigaciones Filológicas, e investigó esta cultura tanto en campo como en archivos nacionales y de Guatemala, España, Italia, Francia, Ciudad del Vaticano y Estados Unidos.

Consolidó un conjunto de textos de gran valía en materia histórica, lingüística, etnográfica y antropológica de los mayas coloniales. El análisis filológico que realizó de los vocabularios de fray Domingo para reconstruir la vida cotidiana en Copanahuastla, uno de los pueblos más importantes de Chiapas en el siglo XVI, es considerado su aporte metodológico de mayor trascendencia.

Este método ha sido emulado por otros investigadores para estudiar grupos étnicos de los que no se cuenta con crónicas u textos detallados, y ha permitido reconstruir culturas enteras a través de la asimilación de evidencia no escrita en el sentido de la gramática occidental, consolidando un cuerpo del conocimiento novedoso para estudiar la herencia y cosmovisión de los grupos étnicos con herramientas de la lengua actual: la Lingüística Indomexicana.

Sus trabajos incluyen perspectivas de gran originalidad desde la evolución del atavío indígena, cocina, imágenes corporales, música y sexualidad, hasta la manera en que los santos católicos fueron incorporados al panteón maya contemporáneo y la concepción de la muerte.

Son relevantes sus investigaciones sobre los tojolabales de Chiapas, que en la década de los 80 era una de las etnias menos conocidas del país. También sus trabajos sobre la cultura maya de Tabasco, Quintana Roo, Yucatán, Campeche, Guatemala, Costa Rica, Honduras y Nicaragua. Asimismo, analizó el levantamiento zapatista (1994) a partir de una perspectiva diacrónica, que permitió comprender los antecedentes, motivaciones y características del movimiento.

Tiene 75 títulos publicados, más de un centenar de capítulos de libros, medio centenar de artículos en revistas arbitradas nacionales e internacionales, 38 artículos de divulgación, entre otros. Ha sido un gran formador de recursos humanos, pues ha impartido cursos en la UNAM, en la State University of New York, la Academia de Ciencias de Rusia, las Universidades de París X, París VIII, Complutense de Madrid, Berkeley (California), entre otras instituciones.

Ha dirigido 56 tesis e integrado grupos que consolidaron la creación del Instituto de Estudios Indígenas de la Universidad Autónoma de Chiapas y del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social de Mérida. En Mérida también fundó la Unidad Académica de Ciencias Sociales y Humanidades de la UNAM, que se transformó en el actual Centro Peninsular en Humanidades y Ciencias Sociales.

Nuevos consejeros

El máximo cuerpo colegiado de la UNAM también tomó protesta como consejeros universitarios a Carlos Amador Bedolla y María de los Ángeles Guadalupe Castro Gurría, designados por la Junta de Gobierno como directores de la Facultad de Química y de la Escuela Nacional de Artes Cinematográficas, respectivamente.

De igual forma, a Mercedes Rodríguez Villafuerte, Diego Rafael Pérez Salicrup y Susana Aurora Magallón Puebla, designados por la Junta de Gobierno, directores de los institutos de Física, de Investigaciones en Ecosistemas y Sustentabilidad, y de Biología, respectivamente.

Asimismo, a los investigadores Luis Gerardo Ruíz Suárez y Elizabeth Vega Rangel, del Instituto de Ciencias de la Atmósfera y Cambio Climático, quienes fueron electos el pasado 21 abril de 2023, en elección extraordinaria, como consejeros universitarios, propietario y suplente, respectivamente.