Por María Esther Beltrán Martínez

Coneme / MARBELLA, Mál.- Uno de los festivales de verano que sigue colocado como referente de conciertos y donde se puede pasar una noche especial es Starlite Occident. En su programación con 68 conciertos, este año  incluye casi una decena de artistas latinoamericanos, entre los que ya se han presentado han estado Marco Antonio Solís, Ricky Marti, Fito Paez y Sebastián Yatra.

Para seguir sumando se presentó el  espectáculo Salswing con el que el panameño Rubén Blades, acompañado por Roberto Delgado con su  Big Band.

El público fue llegando al recinto que ofrece diversas distracciones. Desde que se pisa la entrada, hay un photocall donde pueden tomarse las fotos. Además que pueden comer en alguno de los cuatro restaurantes, que este año estrena el recinto, pueden degustar: comida japonesa, mexicana, bocadillos o tomar alguna bebida en sus bares.

El público que asistió convivió  con  personajes con vestuario plateado y algunos con máscaras de calaveras entre ellas la catrina o el charro, que bailan en los diversos espacios.  Y cómo no, si de música de salsa se trata los pies no paran  y algunas parejas no pueden dejar pasar el momento y lucir sus mejores pasos. Y no sólo si vas con pareja, entre grupos de amigos y familiares también mueven los hombros y la cadera se nota la sangre latina.

Dan los avisos de que el concierto comenzará, van ocupando sus butacas y cuando las luces se apagan las ovaciones y vivas suenan en la cantera de Nagüeles.

Suenan las primeras notas, en una pantalla gigante aparecen imágenes de los grandes cantantes universales entre los que destacan maestros como: Pablo Milanés, Hector Lavoe, Willie Colón, Ismael Rivera, Oscar de León, Santa Rosa y Celia Cruz entre otros. Y el público de pie recibió a Rubén Blades, quien agradeció el cariño de los asistentes.

 “Muchas gracias por estar hoy acá. Estamos muy agradecidos por la invitación”, decía sobre el escenario.

La música sonó y se dejó escuchar la calidad de sus músicos y lo bien que se entendía la voz de Blades llenó el escenario con canciones como: Pedro Nava, Amor y Control, Decisiones, Plástico,  El cantante, Paula, Pablo Pueblo, País portátil, Prohibido olvidar, El padre Antonio, Ojos de perro azul, Cuentas del Alma, Amor y control y Todos vuelven,  entre otras.

 “La música de salsa creo que es una forma de documentar nuestra realidad, de hablar de cosas que no hablamos, o que no sabemos empezar. Y por esa razón yo me iré por el lado de la crónica humana”, declaraba Blades.

Su versatilidad musical, su voz potente y expresiva  creó una conexión íntima con el público. Y como en todos sus conciertos no solo fue una celebración de la música, sino también una reflexión sobre diversos temas sociales a través de las honestas letras, que reflejan las luchas y realidades de la vida.

“Un día le pregunté a mi abuela que si nosotros éramos pobres. Y ella me dijo: A veces, hay cosas que la gente tiene y nosotros no tenemos. Y, a veces, yo quiero esto y no puedo. Pero nosotros no somos pobres, me decía. Lo que pasa es que no tenemos dinero. La gente pobre es la gente que no tiene nada en la cabeza, que no tiene nada en el espíritu. Hay gente que gana la lotería y sigue siendo pobre. Aprende eso, hay gente que es tan pobre, que lo único que tiene es dinero”, contaba anecdótico Rubén Blades.

El público presenció una noche inolvidable. Temas emblemáticos como: Lágrimas, The way you look tonight,, Todos vuelven, Las calles, o Ligia Elena, entre muchos, provocaron una explosión de energía y baile entre los asistentes.

Se despidió con Maestra vida, dejando a todos con ganas de más. “Muchas gracias por estar aquí. Mil gracias otra vez a Sandra García-Sanjuán y a su festival Starlite, y muchas gracias a todo el personal, que han sido excelentes”.