Por Roxana Hebe Hernández

*El sedentarismo y la inactividad física aumentan el riesgo de obesidad, problemas para sintetizar grasas y azúcares, diabetes tipo II, complicaciones coronarias, cáncer y otras enfermedades.

Coneme / TOLUCA, Edomex.; 06 de abril de 2023. La inactividad física aumenta el riesgo de desarrollar numerosas enfermedades físicas y mentales; por eso, expertos de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMéx) nos invitan a cambiar de hábitos, tanto en la práctica del ejercicio como en la alimentación, la hidratación y la salud, para obtener una vida saludable.

En su artículo “El cuerpo en el que habito”, publicado en Universitaria, Francisco Márquez Vázquez y Asdrúbal Hernández Gómez, especialistas en salud mental y cultura física, respectivamente, hacen la distinción sedentarismo e inactividad física. El primero incluye actividades, pero con muy poco gasto calórico, debido a que no requieren mucho esfuerzo y son de duración prolongada, como ver televisión, sentarse, comer, bañarse o leer, además de que siempre suceden en el periodo de vigilia. La segunda excluye cualquier esfuerzo físico, similar a la inmovilidad, ya sea de día o de noche.

Los autores citan un estudio que revela que 60 por ciento de la población mundial pasa mucho tiempo sentada, mínimo más de tres horas al día, casi cinco en el caso de los adultos.

Los especialistas hacen hincapié en que el sedentarismo y la inactividad física aumentan el riesgo de obesidad, problemas para sintetizar grasas y azúcares, diabetes tipo II, complicaciones coronarias, cáncer y otras enfermedades. Estos malos hábitos debilitan el sistema inmunitario, ocasionan la pérdida de contenido mineral en los huesos y predisponen a la depresión y la ansiedad. Según la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición Continua (ENSANUT) 2021, cuatro de cada 10 niños mexicanos padecen obesidad infantil.

Ante estas cifras, los universitarios invitan a comprometernos con el cuidado de nuestro cuerpo, porque habitamos en él. El propósito es mantener 30 minutos de actividad diaria, que pueden dividirse en tres sesiones de diez minutos o dos de quince, para completar 150 minutos semanales. La simple marcha —a paso rápido— o la caminata nórdica abonan a un estilo de vida saludable, aunque el rango de pasos va de los 4,400 a los 8,000. Finalmente, debemos mantenernos hidratados, sin esperar a que llegue la sed. También recomiendan meditar y llevar un registro adecuado de talla y peso. Lo más recomendable es la supervisión de expertos, quienes determinarán las rutinas apropiadas para cada persona.