Por Leslie González

Coneme / Deslumbrado por el arte del grabado, Román Eguía, artista plástico originario de Torreón, Coahuila, tuvo su primer encuentro con esta disciplina a través de un taller y fue tal su enamoramiento que nunca más regresó a la universidad “ni por la mochila”, afirma en entrevista.

Román estudió la carrera de arquitectura porque “se acercaba más al arte”, puesto que no había en ese entonces escuelas especializadas en esta disciplina que le interesaba. Fue hasta los 21 años que ingresó a un taller de grabado dirigido por el artista Arturo Rivera que se abrió su camino para cumplir el sueño que desde niño le inquietaba.

Recuerda en entrevista que, gracias a la visión del pintor y escultor Rivera, quien se esmeró porque el taller de grabado se instaurara en la ciudad de Torreón con un enfoque muy profesional, tuvo la fortuna de conocer, aprender y trabajar en sus inicios al lado de grandes artistas como José Luis Cuevas, Aceves Navarro, Nunik Sauret y Carla Rippey, por mencionar a algunos.

En dicho taller permaneció alrededor de 10 años y entre proyectos, bienales y concursos, empezó su carrera y despegó con sus primeras exposiciones individuales, obteniendo los primeros frutos como: el Premio Nacional de Grabado José Guadalupe Posada en 2011, el cual le abrió puertas a nivel nacional e internacional; le siguieron  el Primer Lugar, Premio de Adquisición «Bienal Arte Nuevo», Torreón; Segundo Lugar, Grafica y Originales Sobre Papel, Arte A.C., Monterrey, Nuevo León; Estímulo a la Creación y Desarrollo Artístico 06-07, Jóvenes Creadores, entre otros.

Aunque al inicio se catalogaba como un artista con especial enfoque en el grabado, asegura que a la fecha tiene muchas inquietudes en el arte, pero su constante es la curiosidad, el no limitarse, simplemente explora todas las técnicas, formatos e intereses “pero siento que lo que me define como artista son las decisiones que voy tomando en el proceso”.

El no tener ataduras, dice, le permite ser muy prolífico, deja que las cosas empiecen a suceder “una vez encarrerado, empiezo a adecuar y por ello es que me siento como un explorador del arte”.

El también Premio a la Joven Estampa (en la Habana, Cuba), formó parte del Catálogo Iberoamericano de Ilustradores en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara con su incursión en la estampa, además, ahora explora con la escultura textil, cobre o metal.

Dentro de sus planes para este año está la realización de una escultura de gran formato en acero para espacio público, la cual sería de sus primeras incursiones en ese formato.

Una de las temáticas constantes del trabajo de Román Eguía es la naturaleza del desierto, la cual para él es algo natural por la influencia de la zona en donde vive “lo bonito de ser artista también es ser fiel a lo que eres, a tus raíces, a tu esencia y a lo que has visto desde tu infancia.

“Ser artista es un ejercicio en el papel que luego lo traslado al ejercicio de la vida” confirma el artista al explicar que gracias al arte ha podido tener testimonio de episodios de su vida, con piezas con las que primero se pelea, pero, con el paso del tiempo se reconcilia para llegar a buen término “eso es lo que el arte me ha regalado, no puedo creer que un artista se quede estancado, porque siento que tu obra debe ir creciendo contigo”.

Comenta que su siguiente paso será realizar una exposición para mostrar los últimos 10 años de su obra, “es un ejercicio muy interesante que siempre he querido hacer para hacer una revisión de mi trabajo. No es lo mismo ver tu obra en la infinidad de tu taller y de manera individual, a verlas todas juntas en una sala, porque es donde en realidad te cae el veinte y entiendes cosas que a lo mejor no viste en el momento de su creación”.