Por Leslie González
Coneme / Integrado por cinco artistas duranguenses -dos mujeres y tres hombres- que se dedican a la producción de libros-arte, serigrafía, grabado tradicional y experimental, el Laboratorio Gráfico Siete Vidas se caracteriza por acercar herramientas y técnicas de creación de artes gráficas a niños, jóvenes y personas adultas de distintas comunidades de Durango.
Israel Torres, fundador del grupo, comenta en entrevista que los proyectos de Siete Vidas se orientan hacia lo colectivo y colaborativo, y se enfocan en personas que difícilmente tienen acceso a casas de cultura, academias de artes o museos.
Fundado en 2015, el Laboratorio Gráfico Siete Vidas tiene también el objetivo de “producir una gráfica propia, para implementar proyectos que tengan que ver con la compartición de la gráfica bajo distintas formas o bajo distintos formatos”, afirma Torres.
“La gráfica como estampa, que es lo más tradicional, pero también la gráfica como libro-arte, como cartel, como otras formas u otras variantes que tengan además que ver con temas y con inquietudes de las comunidades a las que nos acercamos ya sean rurales o urbanas, para que por medio de distintos sistemas de estampación registren y reflexionen acerca de diversos aspectos de su cultura”.
El grupo trabaja con distintas técnicas como la xilografía (grabado en madera), linografía (técnica de grabar o estampar sobre linóleo), pero también con la serigrafía; con el paso del tiempo y la experiencia adquirida, han ido moldeando las mecánicas de trabajo para que también el público objetivo tenga acceso sencillo a las herramientas y materiales.
Dice Israel, “lo más importante es usar materiales que estén al alcance de las personas de las regiones de nuestro estado, algunas de las cuales se encuentran en el semi desierto, por ejemplo, o en la sierra, que son comunidades de pueblos originarios difícil de llegar a ellas, pero que es mucho más difícil que sus habitantes tengan acceso a talleres de arte”.
Antes, lo que hacían era llevar herramientas, pero ahora comparten técnicas de grabado más casero, desde poder hacer impresiones con cartón, tapas de refresco, lo que esté al alcance en casa, así como materiales de desecho.
El grupo busca que tanto las infancias, juventudes y personas adultas puedan expresar sus inquietudes, pero también sus problemas, los íconos que les identifiquen como parte de una comunidad, como pueden ser sus fiestas, tradiciones, bailes, rituales, palabras o recetas.
“Los que más afloran son estos temas que tienen que ver con el patrimonio cultural intangible, pero en ocasiones los temas han sido otros, como han sido temas relacionados con problemas comunes como la migración o como las distintas formas de violencia”, señala.
Por otro lado, Israel Torres comenta que, del 17 al 20 de marzo de 2023, en la ciudad de Xalapa, Veracruz, el laboratorio participará en el Segundo Encuentro de Estampa de América Latina y El Caribe, organizado por la Universidad Veracruzana, con una ponencia sobre el proyecto que Liliana Cortés, una de las integrantes del grupo, lleva a cabo junto con el ingeniero Félix Cota sobre una aplicación para teléfonos celulares que permita ver realidad aumentada en los grabados o en las estampas.
“Esta realidad aumentada puede ser una animación, puede ser información adicional del autor o de la autora de la estampa o puede ser algún otro tipo de información visual, que enriquezca lo que estamos viendo al contemplar el grabado”, explica.
A lo largo de su trayectoria, el Laboratorio Gráfico Siete Vidas a participado en proyectos como: Xuravet, un libro-arte formado por 11 estampas que describen las etapas y personajes que participan en el ritual llamado Xuravet. Las y los autores son jóvenes de 11 a 14 años de edad de la comunidad mexicanera de San Pedro de Xícoras; Estampas Desierto Canto, libro con 11 canciones del canto Cardenche, manifestación musical de la población de Sapioriz, en la zona desértica de Durango, con ilustraciones hechas por seis mujeres jóvenes de dicha localidad que homenajean su paisaje, flora y reconocen a los Cardencheros de Sapioriz. Un Morralito lleno de voces, jóvenes de la comunidad Audam de San Bernardino de Milpillas Chico en el municipio de Pueblo Nuevo interpretaron la peregrinación al sitio sagrado Cerro Gordo, el sistema de gobierno comunero, el rito del Mitote, medicina y alimentación tradicional. O bien La Sierra Migrante, proyecto en el que jóvenes de la comunidad o´dam de Chianarkam ilustraron sus historias de migración y elaboraron un mural gráfico colectivo.
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