Por Luz García
*Es una herramienta no sólo para la comunicación, sino para la vida, pues brinda seguridad, prestancia y tranquilidad, subraya el senador
Coneme / El presidente de la Junta de Coordinación Política en el Senado, Ricardo Monreal Ávila, aseveró que la práctica de la oratoria debería ser una materia obligatoria en todas las escuelas de educación básica del país.
Durante un evento en conmemoración del Día Nacional de la Oratoria, el senador recordó que cuando inició en la política, hace más de 40 años, la enseñanza de esta práctica comenzó a dejarse de lado, por lo que quienes la realizaban lo hacían de manera autodidacta.
La oratoria no se improvisa, enfatizó el coordinador del Grupo Parlamentario de Morena en la Cámara de senadores, pues es una actividad de mujeres y hombres con cultura y con formación, la cual requiere de una constante práctica.
El legislador dijo que la oratoria es una llave, no sólo para la comunicación, sino para la vida, pues brinda seguridad, prestancia y tranquilidad; la oratoria es un camino de acceso fácil para poder ocupar espacios en el trabajo en la escuela y en la actividad profesional; “a mí me ha ayudado a abrir muchos caminos y puertas en mi vida pública”.
Asimismo, subrayó que este instrumento es clave para la actividad política, ya que sin poder expresar una idea, principio o valor sería imposible comunicarse con la sociedad, por lo que la oratoria es implícita al trabajo de las y los legisladores.
En ese sentido, señaló que la labor en el Senado contiene discusiones llenas de pasión y dinamismo; sin embargo, denunció que también hay gritos, descalificaciones, adjetivos e insultos, lo cual demuestra una falta de conocimiento sobre el arte de la oratoria.
“El verdadero orador se enfrenta a cualquier circunstancia, a cualquier auditorio, a cualquier adversidad, y sólo la inteligencia y el conocimiento general te puede sacar adelante en dificultades y en momentos críticos”.
Monreal Ávila destacó el trabajo de oratoria de grandes personajes de la historia, como los emperadores que hilaban sus pensamientos, construían sus frases y convencían al pueblo sobre lo que ellos creías; “los grandes oradores tienen esa habilidad y esa virtud: conducir pueblos enteros”.