Por Manuel Zepeda Ramos.

Coneme / «Si la Virgen fuera andina y San José, de los llanos, el niño Jesús sería un niño venezolano».
Así empezó el concierto.
Su figura emblemática inunda el escenario y cuando habla, lo hace con gran propiedad, enseñanzas aprendidas durante muchos años acerca del folklore en el Mundo. Sin duda, es un etnomusicólogo formado en el devenir del tiempo; tocando y estudiando; viajando por el Mundo y tocando y estudiando y hablando con mucha gente. Es incansable, como incansables son los músicos con quien convive y han aprendido de sus enseñanzas, con quien ensayan todo el tiempo, muchas horas y todos los días; como debe de ser en una comunidad de músicos extraordinarios.
Hablo de Alberto de la Rosa; del doctor Alberto de la Rosa como bien dispuso el H. Consejo Universitario en pleno cuando, unánimemente, la Universidad Veracruzana le otorgó el doctorado honoris causa. La UV, que es su casa de casi medio siglo y que así rinde homenaje a uno de sus hijos preclaros.
Hoy, domingo 18 de diciembre,, estamos mi hija Juana y mis nietos Elena y Manolo en el concierto navideño, en el antiguo Teatro del Estado, hoy Teatro Emilio Carballido, gozando el concierto navideño, en la casa eterna del Tlen Huicani, al lado del gran público asistente.
«pero mira como beben los peces en el río; pero mira como beben por ver a Dios nacido».
El doctor de la Rosa hace un recuento minucioso de los cantos navideños, villancicos que se interpretan todos los años en España Europea y en la América Latina y el extraordinario Tlen Huicani los va interpretando con enorme calidad; como lo que es: el mejor grupo de música veracruzana en México y el Mundo.
Fuimos escuchando Villancicos Paraguayos, Peruanos, Bolivianos, Chilenos, Argentinos, Venezolanos -los Andes completos-, y españoles.
El público, transportado, yo y mi familia con ellos, entregado a este gran público que lo ha seguido tantos años y que lo adora.
De repente, Alberto de la Rosa anuncia que 2023 habrá de ser un año de gran celebración: Tlen Huicani cumplirá 50 años de haber venido al Mundo Y eso deberá ser una gran celebración.
Recuerdo cuando la Orquesta Sinfónica de Xalapa cumplió 50 años. Roberto Bravo Garzón era el rector y Luis Herrera de la Fuente, el director de la OSX.
Hasta Xalapa llegaron grandes directores y solistas del planeta. Fue un gran acontecimiento. Me ordenaron hacer un documento cinematográfico de celebración. Resultó un medio metraje de 50 minutos de duración en donde tres fundadores, afortunadamente vivos de aquella orquesta fundada en 1929, contaban la historia con emoción e interpretaban fragmentos de piezas que alguna vez interpretaron, como el segundo movimiento de la quinta de Tchaikovski. Valderrábano, Melgarejo y Montiel, más los hijos de otros fundadores que ya tocaban en la OSX, como Nacho Guzmán, engalanaron este documento fílmico que la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de México, le otorgó el Ariel al mejor documento de divulgación cultural de 1979.
El próximo año cumplirá 50 años de fundado otro hijo predilecto de la UV.
Habrá que celebrarlo como se merece este gran grupo que tantas satisfacciones ha dado y seguirá dando a la Universidad Veracruzana. Esperamos programas.
«Con mi burrito sabanero, voy camino de Belén…si me ven, si me ven, voy camino de Belén».
Los niños y jóvenes presentes en el Carballido, a invitación del doctor de la Rosa de subir al escenario a cantar y bailar el burrito sabanero, no lo pensaron dos veces. Fue un momento emotivo y entusiasta del público que adora al Tlen Huicani.
«Naranjas y limas, limas y limones; más linda es la virgen de todas las flores».
A punto del final, apareció la Rama, emblemática canción tradicional, villancico veracruzano que enorgullece a los nacidos en este gran estado de México. Cuando regresábamos a casa, me conmovió ver a unos padres, jóvenes, que llevaban a su hijo a cantarla en las puertas de las casas -el papá cargaba la rama adornada con esferas- y los vecinos, salían con gusto a darle su aguinaldo.
«Una limosna para este pobre viejo que ha dejado hijos para el año nuevo».
Gran final.
Alberto de la Rosa, con su conocimiento a borbotones, nos explica el origen del viejo y la influencia afroantillana en el ritmo que se le puso.
Por supuesto que hubo ancore y, otra vez, el público entusiasta se subió al escenario para bailar con el viejo y la gran interpretación del grupo emblemático de la UV.
Esperamos con ansia las celebraciones cincuentenarias del próximo año.
¡Arriba el Tlen Huicani!