Por Crispín Barrera Ponce
Coneme / Intervención en tribuna del senador Miguel Ángel Lucero Olivas, del Grupo Parlamentario del Partido del Trabajo, para presentar iniciativa con proyecto de decreto por el que se adiciona una fracción al artículo 16 y un tercer párrafo al artículo 36 de la Ley Federal de Protección de Datos Personales en Posesión de los Particulares, en materia de testamento digital. Sen. Miguel Ángel Lucero Olivas (MALO): Muchas gracias presidenta.
Buenas tardes, compañeras y compañeros legisladores:
Cada año, el contraste entre las cantidades de nuevos contenidos creados por la deliberada elección de la voluntad de cada ser humano en las redes, contiene un mensaje que es nítido y claro: Somos creadores de contenido y consumidores del mismo todo el tiempo. Estamos en la plenitud del auge de las redes sociales y el uso de las telecomunicaciones, toda vez que hemos tomado en práctica gracias a las modalidades a distancia y donde los foros, diálogos, entretenimiento, conocimiento, trabajo, en resumen, todo, se ha vaciado y transmitido en cada dispositivo.
Como ejemplo tomamos las siguientes cifras de un estudio por Cumulus Media hecho en 2018, donde nos dice que todos los días se envían en promedio 38 millones de mensajes de WhatsApp; se intercambian 481 mil mensajes de Twitter; se envían 25 mil GIFs a través del Messenger y se hacen 2,4 millones de Snaps en Snapchat. Se ven 266 mil horas de Netflix, se visualizan 4,3 millones de vídeos en YouTube, se realizan 3,7 millones de búsquedas en Google, se ven 174.000 fotos en Instagram, se conectan 973 mil personas a su Facebook, se gastan 862 mil 283 dólares en compras ‘online’, se deslizan 1,1 millones de fotos en Tinder y se envían 187 millones de emails. En este año 2021, por el tema de la pandemia y otros, se estima que esas cifras se multipliquen por 10.
La vida no puede evitar el principio de valorar cada instante toda vez que esta tiene un fin. Sin embargo, lo virtual “NUNCA MUERE”. Presento esta iniciativa para decirles que tenemos que apresurar nuestros esfuerzos a la velocidad en la que la tecnología va invadiendo nuestras costumbres e interacciones. Lo virtual acompaña distintas responsabilidades, que la mayoría de las veces no reconoce la conciencia es así como el mundo se va convirtiendo en asimétrico cuando las evadimos u olvidamos. Estas responsabilidades son las siguientes: ¿Qué publicamos y quien tiene acceso a este contenido? ¿Quién o quiénes pueden decidir si se borra o si permanece mi información?
Actualmente la definición de bienes digitales se refiere a los mensajes, imágenes, música, artículos de investigación, libros e incluso las nuevas criptomonedas. Existe una confrontación entre entidades y organizaciones sobre la intención de conocer, regular, acopiar y dominar la información que generamos. Por lo anterior, existen estados que han puesto su atención a la resolución de este tema, el ejemplo más relevante lo tomamos de España y la Ley Orgánica 3/2018, vigente a partir del 5 de diciembre del 2018, de Protección de Datos Personales y garantía de los derechos digitales, una ley orgánica aprobada por las Cortes Generales de España que contiene un amplio apartado para el tratamiento de datos de personas fallecidas.
Por parte del sector privado Facebook y Google han incluido en su configuración, en el caso del primero la figura del “contacto legado” y en el caso del segundo la eliminación tras un plazo de inactividad en la cuenta. El objeto de esta iniciativa es establecer la regulación que se tienen nuestros datos personales que se prestan a empresas especialmente de servicios digitales, creemos que es de imperante atención este tipo de temas, y que incluso se sancione si no se cumplen.
Dentro de la Ley Federal de Protección de Datos Personales en Posesión de los Particulares se establecen los principios de licitud, consentimiento, calidad, finalidad, lealtad, proporcionalidad y responsabilidad, de los cuales destacamos el consentimiento como el más importante pues en él se imprime la certeza y convicción de las personas que deben garantizarse. Las redes sociales forman un cúmulo de intercambio de datos personales, en el que los “avisos de privacidad” y “condiciones de uso” no se leen, nadie los comprende ni preocupa. Es aquí donde queremos centrar la atención del tema pues como ciudadanas y ciudadanos es tiempo de tomar la responsabilidad total del contenido que generamos y así formar parte de las decisiones. Tenemos que unir esfuerzos por catalogar, seleccionar y reinventar el uso de estos datos, su acceso o supresión de la información. Es cuánto.