Por Elizabeth Vaca
*La Ciudad de México emite mayores niveles de luminosidad que Barcelona, siendo equiparable únicamente a Hong Kong, dijo
Coneme / El vicepresidente de la Comisión de Preservación del Medio Ambiente, Cambio Climático y Protección Ecológica, Jesús Sesma Suárez, impulsa desde el Congreso de la Ciudad de México una iniciativa que pretende atender y tomar las medidas necesarias para regular y contrarrestar las consecuencias de la contaminación lumínica en la salud, en la vida social y en el medio ambiente de los capitalinos.
El diputado ecologista destacó que la contaminación lumínica es el flujo luminoso proveniente de fuentes artificiales de luz como los anuncios publicitarios, los reflectores, los focos o las pantallas que provocan el aumento del brillo del cielo nocturno, disminuyendo la visibilidad de los cuerpos celestes.
En ese sentido, lamentó que la legislación actual no contemple las regulaciones necesarias para prevenir y combatir dicha contaminación a pesar de que en la Ciudad de México se emite mayores niveles de luminosidad que en grandes ciudades como Barcelona, siendo equiparable únicamente a Hong Kong, que es la ciudad que emite los mayores niveles de luminosidad artificial.
Por lo anterior, Jesús Sesma presentó una iniciativa para establecer en la Ley Ambiental de Protección a la Tierra en el Distrito Federal, la definición de contaminación lumínica, que hasta ahora es inexistente. Asimismo, busca definir los criterios para la prevención y el control de la misma, tales como promover la eficiencia energética en el alumbrado público; no alterar las condiciones naturales de las horas nocturnas en el suelo de conservación, áreas de valor ambiental y áreas naturales protegidas de la Ciudad de México; y prevenir, minimizar y controlar la contaminación lumínica impidiendo la intrusión lumínica.
La propuesta de ley también contempla incluir en las Licencias Ambientales un programa de aprovechamiento, regulación y control de la luz artificial, así como la luz intrusa, de conformidad con la Norma Ambiental que, a su vez, debe determinar los límites máximos permisibles de iluminación y establecer procedimientos para su medición.
Finalmente, Sesma Suárez destacó que con la regulación de las emisiones de luz artificial la Ciudad de México se lograría: 1) ahorro energético, y por ende disminución de las emisiones de gases de efecto invernadero; 2) protección del medio ambiente, al perturbar en menor medida los ecosistemas naturales y los procesos que realizan los animales y plantas que los habitan; 3) mejorar la convivencia evitando molestias a los ciudadanos debido a los resplandores y excesos de iluminación; 4) mejores condiciones para una conducción terrestre y aérea más segura, reduciendo los deslumbramientos; 5) permitir el trabajo de los observatorios astronómicos, entre muchos otros.