Por Alberto Woolrich
Coneme / Todos los togados miembros de la Academia de Derecho Penal del Colegio de Abogados de México, A.C., y uno que otro político, saben que en la forma de legislar hay, además, siempre, un propósito de ocultación verdaderamente lamentable y en muchas ocasiones antidemocrático. Así por ejemplo, en temas tan importantes como la ley que fue impuesta y votada (a velocidad del sonido), recientemente en la Cámara de Diputados referente al control militar, administrativo y operativo sobre la Guardia Nacional, dada la iniciativa del Poder Ejecutivo de convertir a la policía en milicia.
Una de las exhibiciones de la ignorancia del poder, representada por Ignacio Mier, en su carácter de coordinador del grupo parlamentario de Morena, en la Cámara de Diputados, presentó la iniciativa presidencial de Andrés Manuel López Obrador, como suya y tuvo el descaro de solicitar, porque ello así le convenía a la Cuarta Transformación de la República, la dispensa de trámite en comisiones. La propuesta del Primer Magistrado de la Nación, en tema tan importante, procedió a alterar y reformar diversas disposiciones de varias leyes, como la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal, la Ley Orgánica de la Guardia Nacional, la Ley Orgánica del Ejercito y Fuerza Aérea Mexicana, la Ley de Ascensos y Recompensas del Ejercito y Fuerza Aérea Mexicanos, en materia de Guardia Nacional y Seguridad Pública.
¡Ave María Purísima!.
¡Dios nos agarre confesados!.
Así de manera terminante y rotunda se avaló por doscientos sesenta y cinco votos de necedad e incapacidad la ley de referencia. En ella, como de puntillas y a escondidas, se reforman cuatro leyes para consolidar el poder que Andrés Manuel López Obrador le concede al soldado sobre el vigilante de la ley.
A la Abogacía Independiente de la República, le parece que estas disposiciones avergüenzan a México y los diputados quisieron disimularla. Pero ¿Cabe el disimulo legislativo?. ¿Se puede sentir rubor de lo que se promulga?. ¿Y qué ocurre con el pobre México?.
Es tanta la ignorancia de ciertos políticos del poder que han aprobado algo eminentemente inconstitucional.
La Academia de Derecho Penal del Colegio de Abogados de México A.C., les recuerda a esos políticos ineptos que la Carta Magna dice de manera muy clara y precisa en su arábigo 21 que: “Las instituciones de seguridad pública, incluyendo la Guardia Nacional, serán de carácter civil, disciplinado y profesional”.
Con esos votos de ignorancia ipso facto Andrés Manuel López Obrador se convierte de Primer Magistrado de la Nación en el magistrado de la toga verde olivo.
Para finalizar sólo cabe recordar al gran pensador de ayer, Tácito; quien de manera sublime expuso: “De la misma manera que agrada a los malos mandar sin limite ni tasa, así los buenos se enorgullecen dever ejercitada con regla y medida la libertad”.