Por Francisco Iván Cruz
*Participa secretaria del Trabajo, Luisa María Alcalde, en el Foro Regional Defendamos nuestros derechos, construyamos nuestro futuro, de UNI Global Union Americas *El foro aglutina a 600 dirigentes, 124 organizaciones sindicales y secretarios de Estado, provenientes de 24 países, en la ciudad de Fortaleza, Brasil *Es irrebatible que las políticas sociales de los gobiernos progresistas han logrado sacar de la pobreza a millones de latinoamericanos
Coneme / América Latina vive momentos extraordinarios con el avance de la segunda ola de gobiernos progresistas, que comenzó en México, con el triunfo del presidente Andrés Manuel López Obrador y siguió con los cambios en Argentina, Bolivia, Perú, Honduras, Chile, Colombia y que de continuar así llevarán al periodo en el que más habitantes latinoamericanos serán gobernados simultáneamente por fuerzas progresistas, afirmó la secretaria del Trabajo y Previsión Social, Luisa María Alcalde.
Así lo señaló al participar de manera virtual en el Foro Regional Defendamos nuestros derechos, construyamos nuestro futuro, de UNI Global Union Americas, que aglutina a 600 dirigentes, 124 organizaciones sindicales y secretarios de Estado, provenientes de 24 países, en la ciudad de Fortaleza, Brasil, para analizar lo que implica para los trabajadores el retorno del progresismo en América Latina y la relación del movimiento sindical con los procesos políticos que se están desarrollando e este marco.
Y este cambio, agregó, “implica recuperar la dignidad y el valor del trabajo, que el neoliberalismo se empeñó en pulverizar, implica superar la discriminación que sufrimos las mujeres, los jóvenes, los indígenas, las personas con discapacidad, los miembros de la diversidad sexual y, sin duda, también las y los migrantes, implica apostar por un modelo económico que permita realmente ir reduciendo las gigantescas desigualdades y los desequilibrios que se fueron generando”.
En México, dijo, se transita a un esquema de protección social universal, un piso mínimo en materia de salud y en materia de ingreso. Así, desde que ganó el movimiento progresista en 2018 inició una nueva política en materia de salarios mínimos que dejó atrás 40 años de una política de contención salarial con la que se perdió el 75% del poder adquisitivo del salario y nos convirtió en uno de los países con los salarios más bajos de la región y el mundo.
Hemos logrado de manera consensada, convenciendo al sector privado y con el apoyo de los sindicatos, una recuperación sostenida para recuperar el 67% del poder adquisitivo del salario mínimo, y ello a pesar de la pandemia, expuso.
Además, desterramos la simulación laboral del outsourcing, este cáncer que se extendió para simular las relaciones laborales y evadir las responsabilidades de las empresas y para desdibujar los derechos de las y los trabajadores. En México se prohibió la subcontratación y en poco más de un año 3 millones de trabajadores fueron reconocidos por sus verdaderos empleadores, tuvieron un incremento promedio de 20% en sus salarios y por primera vez van a acceder al reparto de utilidades.
El tercer cambio, afirmó, es la Reforma Laboral en materia de libertad y democracia sindical. “Venimos de décadas de control sindical, se desdibujó el sindicalismo en nuestro país, no existía la posibilidad de organizarse, así que esta política, que es la más importante quizá en los últimos 100 años, garantiza procesos democráticos, el voto personal, libre, directo y secreto de los trabajadores, y la recuperación de la negociación colectiva como el corazón de las relaciones laborales”.
Estamos reviviendo el origen que le dio sentido al sindicalismo en nuestro país, y ese proceso ha enfrentado resistencias, pero ha sido un proceso que cada vez más se viene asentando y que está logrando mayores y mejores negociaciones en los últimos años. Prueba de ello es que estamos viendo los máximos históricos de salario promedio registrado en nuestro país y de formalización laboral, al romper el techo de los 21 millones de trabajadores formales, a pesar de la pandemia.
Confiamos mucho en que el movimiento sindical en México pueda aprovechar esta oportunidad para renovarse para reconquistar no solamente sectores, por supuesto, la gente más joven. Estas nuevas condiciones que nos trae la Reforma Laboral construyen balances, equilibrios, acaba con la lógica de la imposición desde el Gobierno y desde las empresas.
Creemos que sin lugar a duda hay un espacio fundamental para que el sindicalismo se renueve y avance. La solidaridad internacional, de las organizaciones entre regiones y países construye espacios frente a una globalización en la cual los flujos de los capitales y las mercancías se desplazan libremente a través de las fronteras y el trabajo está anclado al interior de los Estados. Así, el sindicalismo tiene que ser innovador y compartir prácticas exitosas de defensa de derechos colectivos, así, en su conjunto, estos cambios seguirán estableciendo que es irrebatible que las políticas sociales de los gobiernos progresistas han logrado sacar de la pobreza a millones de latinoamericanos.
En la mesa inaugural participaron también Izolda Cela, Gobernadora de Ceará (Brasil); Yolanda Díaz, Ministra de Trabajo (España); Alberto Fernández, Presidente de Argentina y José Guimarães, Vicepresidente del Partido de los Trabajadores, Brasil.
UNI Américas tiene su sede en Montevideo, Uruguay; es la articulación regional de la federación sindical global UNI Global Union, con sede en Suiza, que representa a 20 millones de trabajadores a nivel mundial en los sectores de las finanzas, los medios y el entretenimiento, los deportes, los cuidados, la limpieza, la seguridad, el comercio, los casinos, los postales, gráfica y embalaje, y las telecomunicaciones.