Por Dany García
Coneme / Originario de Tzintzuntzan, Michoacán, Antonio Cornelio Rendón es un artesano nacido en el seno de una familia purépecha, quien, desde niño, aprendió de su abuelo y su papá a elaborar figuras de panikua (vara de trigo) y popotillo, empleando diferentes técnicas que con el paso de los años ha perfeccionado hasta llegar a la creación de figuras sorprendentes.
Siendo el menor de nueve hermanos, Cornelio Rendón ha logrado destacar con la creación de estas piezas de arte originario, ha sido reconocido a nivel nacional e internacional por la originalidad de sus creaciones en donde queda de manifiesto su talento, creatividad y destreza con la que elabora cada una de sus piezas.
Son varias técnicas, comenta en entrevista el artista, las cuales les permiten elaborar desde figuras planas, obras que utilizan moldes y las que tiene que contar cada vara para hacer un diseño especial “primero imagino la figura que voy a crear, luego sobre eso voy desarrollando mi pieza”, señala Don Antonio.
Es un apasionado del trabajo, pues asegura que una vez que empieza no puede parar hasta terminar su creación, pueden ser horas y hasta días, “soy muy testarudo y aferrado, por eso hasta que me guste de todo a todo, es cuando quedo en paz y tranquilo, mientras le sigo y si es necesario la vuelvo a empezar; ni modo, tiene que quedar justo como la vi en mi mente”.
Cuando tenía 20 años, Cornelio comenzó a desarrollar su propia técnica realizando estrellas tejidas con sus diseños, estos le llevaron a participar en concursos artesanales de Tzintzuntzan. Actualmente sigue creando piezas innovadoras, las cuales ha llevado a exponer en ferias y concursos tanto a nivel estatal, nacional e internacional; tal fue el caso en el año 2012 cuando elaboró piezas para adornar el árbol en la Ciudad del Vaticano.
Con el paso de los años Cornelio Rendón ha incursionado en técnicas más laboriosas, que terminan en piezas de mayor complejidad. Actualmente se especializa en la elaboración de estrellas, con las que ha tenido varios reconocimientos en los concursos artesanales estatales y nacionales.
El tamaño, la textura, la flexibilidad, color y hasta el grosor del material, tienen mucho que ver para obtener los mejores resultados en la creación de estas singulares artesanías, afirma, “dependiendo del tipo de semilla, la textura y el color de la varita será diferente, y cada una sirve para elaborar ciertos tipos de artesanías. Obviamente hay muchas variedades y calidades de varitas de trigo”.
Precisa que el material lo compra por manojos en el mercado de Santiago Azajo y Cuanajo, Michoacán, donde hay familias enteras que se dedican a limpiar la varita de trigo para su comercialización.
Cabe mencionar que 2016, fue uno de los artesanos beneficiados por la Secretaría de Turismo Federal, el Fondo Nacional para el Fomento de las Artesanías y el Instituto del Artesano Michoacano, en coordinación con el Ayuntamiento de Tzintzuntzan, con el programa de adecuación de talleres en espacios turísticos, a través del cual pudo remodelar su taller “Artesanías de panikua”, con la finalidad de que los turistas nacionales y extranjeros que visiten este pueblo mágico puedan interactuar con él, realizando alguna artesanía.
Finalmente, comenta el maestro Cornelio que ronda en su cabeza la creación de vestidos con los diseños de sus estrellas, “recientemente en el Hotel Xcaret, en Quintana Roo, me pidieron realizar un vestido con una estrella, fue un proyecto muy bonito con el que me dieron vida para repensar en otros propósitos.
“Hice el vestido y lo modeló una modelo profesional. Ahora es un proyecto que no sale de mi mente y en el que estoy trabajando, llevo al momento tres vestidos”, afirma.