Por Roxana Hebe
- Boaventura De Sousa Santos, sociólogo portugués, dijo que AL asistirá en las próximas décadas a una lucha feroz por el control de los recursos naturales
- Alicia Girón, del IIEc, opinó que la emergencia sanitaria sólo disparó la situación de fragilidad e inestabilidad financiera de la región
- María Paula Guttierrez Meneses, de la Universidad de Coimbra; Jayati Ghosh, de la Universidad de Massachusetts; y Seteney Shami, del Consejo Árabe de Ciencias Sociales, también participaron en las actividades de CLACSO 2022
Coneme / Cuando se pensaba que avanzábamos hacia la globalización irreversible, hoy se observa un proceso de desglobalización, enfrentamos una crisis que conduce a una nueva recomposición del sistema capitalista. Además, las predicciones de organismos internacionales indican que en los próximos dos años, al menos los países emergentes, seguirán en un periodo de bajo crecimiento, señalaron expertos internacionales en la UNAM.
En ocasión de la 9ª Conferencia Latinoamericana y Caribeña de Ciencias Sociales. Tramas de las desigualdades en América Latina y el Caribe. Saberes, luchas y transformaciones, Boaventura De Sousa Santos, de la Universidad de Coimbra, Portugal, afirmó:
A partir de 2001 se pensaba que habría dos globalizaciones: una del capitalismo, y otra de los movimientos sociales. Pero con el inicio de la guerra en Ucrania “estamos viendo un proceso de desglobalización”.
El sociólogo refirió que ese conflicto no es entre Ucrania y Rusia, ni Rusia-Estados Unidos, sino entre China y la Unión Americana, la cual pretende impedir la expansión del país asiático en occidente, aunque este momento está muy avanzada.
El imperialismo norteamericano declina y se percata que debe defenderse de los chinos; “lo que está pasando en Ucrania en un par de años podría ocurrir en Taiwán y por la misma razón”.
Europa, que no tiene recursos naturales, quedará como zona de influencia de Estados Unidos; América Latina los tiene y asistiremos a una lucha feroz por su control en las próximas décadas. En tanto, África es un campo de disputa entre las diferentes tendencias; los estadounidenses vigilarán lo que los rusos, aliados poderosos de China, realizan en ese continente para impedir que su influencia se fortalezca.
Al participar en el Foro “Diálogos transatlánticos”, del eje Epistemologías del Sur. Perspectivas desde el Sur: Un diálogo sobre el capitalismo y colonialismo en África, Asia, Oriente y América Latina y el Caribe, Alicia Girón González, coordinadora del Programa Universitario de Estudios sobre Asia y África e integrante del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, refirió:
El periodo de 2009 a 2019 fue para mantener estables a los países de nuestra región, “como cuando alguien entra a terapia intensiva, pero permanece en ese estado”.
Esa estabilidad es la que tuvimos en la última década antes de la pandemia. Cuando llegó la COVID-19 la crisis estaba y la emergencia sanitaria sólo disparó la situación de fragilidad e inestabilidad financiera de la región. Hoy, las predicciones del Fondo Monetario Internacional para 2023 y 2024, al menos para los países emergentes, es que vamos a seguir en un periodo de bajo crecimiento.
La guerra en Ucrania debe tener intereses económicos fuertes, relacionados con los recursos naturales, principalmente ubicados en el sur global, coincidió Girón González.
Durante su participación, María Paula Guttierrez Meneses, de la Universidad de Coimbra, recalcó que el capitalismo no existe sin colonialismo; este es una especie de “gemelo malvado” que no es parte de la historia, sino que aún está presente. Y una de las implicaciones perversas del juego imperial es intentar silenciar en permanencia lo que ocurre en el sur, o crear una referencia, que es la interpretación del norte sobre el sur.
Al respecto explicó que la mayoría de los trabajos con que cuentan nuestras universidades son las traducciones eurocéntricas del Atlántico Norte sobre el resto del mundo. Por ejemplo, de África académicos del norte producen las grandes investigaciones que se utilizarán para determinar las políticas del Banco Mundial o del Fondo Monetario Internacional. Ese es el otro lado de la relación colonial capitalista. “Por eso es tan importante expresarse desde el sur, desde nuestros lugares de referencia, lucha y resistencia, y entrar a la academia hablando desde ahí”.
Nuestras instituciones de educación superior deben apostar por los diálogos horizontales que permitan recuperar los saberes. Además, “nos enseñamos siempre en las lenguas imperiales, por lo que es necesario recuperar las nuestras que también son una forma de comunicar conocimiento”, concluyó.
En tanto, Jayati Ghosh, de la Universidad de Massachusetts, expuso que en el planeta 14 por ciento de la población reside en naciones que emiten 87 por ciento de las emisiones de gases de efecto invernadero. “Esto es también imperialismo”.
El conocimiento de tecnologías verdes para lidiar con el cambio climático y las catástrofes que tienen lugar, se controla usualmente por el norte y China. “Son las nuevas formas del imperialismo”. Se trata del gran capital en contra de todos los demás a través del patriarcado, las relaciones de clase y el control sobre las poblaciones indígenas, aseveró.
De acuerdo con Seteney Shami, del Consejo Árabe de Ciencias Sociales, hubo dos olas grandes de levantamientos y revoluciones que transformaron a esa región, “aunque no sabemos todavía de qué manera”: en 2010 y 2011 llevaron a cambios de regímenes en Egipto, Siria o Yemen; en 2015 en Argelia y otros países.
Aunque con la emergencia sanitaria se contuvieron los movimientos que se desarrollaban a finales de 2019, ahora hay que establecer si esa contención es temporal o la pandemia les dio el “tiro de gracia”.
La región árabe se repone de intervenciones militares; y eso “no es un hecho pasado, sino del presente”. Asimismo, estamos en una crisis que se ha exacerbado, donde las desigualdades socioeconómicas aumentan. Los cambios sin precedente en las dinámicas regionales y transregionales añaden una dimensión adicional a las batallas y luchas por el poder, concluyó.