Por Tania Arizmendi
Coneme / Al participar en la reunión de los ministros de finanzas y gobernadores de bancos centrales del G20, que se realiza en Washington, el secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O, resaltó que el FMI y diversos organismos internacionales han reconocido que la deuda de México es muy estable. Por ello, afirmó, el gobierno mexicano se ha comprometido a hablar en nombre de la región latinoamericana y en general, de las economías emergentes.
Hizo notar que, desde el inicio de la pandemia, tanto países emergentes como desarrollados estuvieron bajo presión del consenso internacional, incluyendo los organismos multilaterales, para aumentar su deuda pública para una política contracíclica. Sin embargo, sus niveles actuales de deuda son considerados desproporcionados por los mismos organismos, con la diferencia de que la deuda de los países desarrollados es casi tres veces superior a la de los emergentes, aunque el total de los intereses sea prácticamente el mismo.
Al respecto, indicó que el problema es mayor cuando se observa que la región latinoamericana ha sido la más afectada en cuanto a las calificaciones crediticias.
Tan sólo el año pasado, precisó, 35 por ciento de los países de la región tuvieron una reducción de su calificación por al menos una de las tres principales calificadoras y aunque México no está entre estos países, ello es una muestra de una tendencia particular no sólo hacia América Latina sino en general a las naciones emergentes.
Ramírez de la O puntualizó que otro sesgo con respecto a los países de bajos ingresos es que mientras éstos han recibido cancelaciones o ajustes en su deuda, las naciones emergentes han sido marginadas de dichos beneficios.
Enfatizó que, sin pretender criticar todas las acciones aplicadas para mitigar riesgos, las economías emergentes han enfrentado condiciones que dificultan las acciones que han emprendido para buscar refinanciar sus deudas.
Por lo anterior, el titular de Hacienda hizo un llamado al G20 y al grupo de trabajo de la arquitectura financiera internacional para buscar alternativas que permitan, especialmente a los países emergentes, contar con un esquema sostenible en el manejo de su deuda.
Por otro lado, al participar en la sesión de finanzas sustentables, Ramírez de la O destacó que México ha implementado actividades relacionadas con tres diferentes mercados: bonos de carbono, canje de emisiones y bonos de impacto.
Indicó que México enfrentó importantes retos cuando implementó, en 2020, un proyecto piloto para el mercado de bonos de carbono en nuestro país, ya que no existía estructura, normatividad ni parámetros regulatorios en el mercado.
En contraste, agregó, la emisión de bonos de impacto fue más sencilla porque había un mercado robusto para este tipo de bonos. Resaltó que en 2020 México se convirtió en el primer país del mundo en emitir un bono soberano ligado a los objetivos de desarrollo sostenible de la ONU. Puntualizó que el principal reto actual es la falta de una taxonomía sustentable que cubra por igual temas ambientales y sociales, que sean relevantes para nuestro país, y que estén alineados a los ODS.
En ese sentido, afirmó que una de las medidas que México ha implementado es el impuesto verde en gasolinas, el cual aplica cuando los precios del petróleo son bajos.
Por último, mencionó que es fundamental impulsar el financiamiento para el acceso a tecnologías que permitan combatir el cambio climático, considerando especialmente los costos actuales que éstas representan para las economías emergentes.