Por Jaime Arizmendi / Corresponsal
Enfatiza titular de la dependencia, Olga Sánchez Cordero, que ello está guiado por el propósito de lograr la reconstrucción del tejido social
Señala que, a través de la Dirección General de Asuntos Religiosos, se ha integrado como parte de las tareas el diálogo con comunidades religiosas para coordinar estrategias colaborativas que coadyuven a la construcción de paz en el país
La Secretaría de Gobernación, en esta administración, ha orientado sus esfuerzos hacia una gobernabilidad fundada en una democracia más participativa y promotora de los derechos humanos, guiada por la reconstrucción del tejido social.
Por medio de la Subsecretaría de Desarrollo Democrático, Participación Social y Asuntos Religiosos, ha integrado como parte de sus labores el diálogo con las comunidades religiosas para coordinar estrategias colaborativas que coadyuven a la construcción de paz en el país, afirmó la titular de la dependencia, Olga Sánchez Cordero.
Bajo esta premisa, la secretaria de Gobernación inauguró, a través de videomensaje, el primero de tres conversatorios denominados ‘Mujeres y Construcción de paz: una perspectiva desde las comunidades religiosas’, cuya organización está a cargo de la Dirección General de Asuntos Religiosos con apoyo de la Fundación chilena Otros Cruces.
En la apertura del encuentro, subrayó que existe el estereotipo que asocia la guerra con el género masculino y la paz con el femenino, lo cual ha resultado en que la labor de las mujeres no es valorada de la misma forma e incluso, en pocas ocasiones ellas cuentan con oportunidades de ocupar cargos de mayor liderazgo al interior de sus comunidades.
“Debemos luchar contra este estereotipo de dos maneras, reconociendo el importante rol de las mujeres en la construcción de paz, y utilizando y aprovechando esos saberes que han acumulado en el desempleo de ese rol pacifista”, señaló.
El trabajo comunitario de ellas incentiva el trabajo en equipo –continuó–, siembra la idea de cooperación y construye comunidades más sólidas.
En este sentido, afirmó que en México se tienen innumerables ejemplos de constructoras de paz, entre ellas, los colectivos de madres de personas desaparecidas, las defensoras de los derechos humanos, las protectoras de los recursos naturales en áreas donde son explotados o afectados y en general, las que juegan roles clave en sus familias y barrios, que dirimen conflictos y que se organizan para exigir mejores condiciones.
“Su labor dentro de las comunidades religiosas motiva a su vez, la construcción de comunidades sólidas y empáticas que promueven la cooperación, unidad, respecto y libre ejercicio de sus creencias y las de los demás. Su existencia promueve una sociedad de paz en un mundo que tiende a la resolución de conflictos a través de las violencias”, agregó.
Enfatizó que el conversatorio es una oportunidad invaluable para conocer más el papel de las mujeres en las comunidades religiosas, sus iniciativas de participación, necesidades y liderazgos.
La paz debe abarcar todas las aristas de la vida y ser un espacio para la participación de todas y todos–sostuvo–. “Hoy nos toca reconocer a las mujeres, su labor esencial; hoy nos toca reconocer a las constructoras de paz que han realizado y que han contribuido a esa sociedad pacífica y acompañarlas, estar junto a ellas en este gran esfuerzo”.
Durante el diálogo, se reiteró el compromiso del subsecretario de Desarrollo Democrático, Participación Social y Asuntos Religiosos, Rabindranath Salazar Solorio, de impulsar -en el marco de sus atribuciones- el pleno desarrollo de las mujeres, a través del respeto a sus derechos humanos y políticos, así como en el reconocimiento y la estimulación de sus labores en favor de la reconstrucción del tejido social y la prevención del delito.
En el conversatorio participó la directora de área en la Dirección General de Asuntos Religiosos, Jimena Esquivel Leautaud. Asimismo, moderó por parte de la Fundación Otros Cruces, Arianne van Andel. Como panelistas estuvieron, de las iglesias católica, Consuelo Morales; y anabatista-menonita, Ruhama Pedroza, así como de la comunidad bahaí, Lua Serrano.