Por Jaime Arizmendi
Coneme / El coordinador parlamentario de Morena, Ricardo Monreal Ávila, llamó a reforzar los esfuerzos multilaterales para alcanzar un acuerdo de paz entre Rusia y Ucrania, pues las acciones militares no resuelven el conflicto, al contrario, “magnifican el dilema de seguridad regional”.
En este sentido, agregó el senador, la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas aprobó una resolución impulsada por México y Francia que llama a un cese inmediato de las hostilidades, la protección de civiles y el respeto por el derecho internacional humanitario.
La mayor parte de la comunidad internacional, incluido nuestro país, condena la invasión rusa, por el quebranto de los principios de respeto a la integridad territorial y solución pacífica de controversias entre Estados.
Monreal Ávila publicó un artículo en su página oficial en el que analiza las causas que incidieron en el inicio del conflicto, para identificar los factores que pueden contribuir a la distensión y aprender así del pasado.
El legislador identifica dos posiciones sobre las implicaciones de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en la crisis: una que proponía que el aumento en la membresía del bloque militar crearía una “zona de paz”, y otra que señalaba que este hecho resultaría contraproducente a largo plazo, porque dañaría la seguridad rusa.
Desde 1993, explicó, comenzó un debate en forma sobre la ampliación de la OTAN, ya que se pensaba que esta posible extensión podría generar problemas con Rusia y socavar los logros del final de la Guerra Fría.
Por esta razón, Occidente trató de reconciliar este proceso y establecer relaciones especiales con Moscú.
En diciembre del 2021, Rusia exigió una garantía por escrito de que Ucrania nunca se convertiría en parte de la OTAN y que la Alianza retiraría los activos militares que había desplegado en Europa del Este desde 1997.
Pero los acontecimientos de los últimos meses, continuó Ricardo Monreal, constituyeron la última oportunidad para evitar el ataque: Moscú respaldó sus demandas con una concentración militar masiva en las fronteras de Ucrania y “la respuesta de la administración del presidente Joe Biden fue tibia”, por lo que el presidente Vladimir Putin escaló el conflicto.
En el texto, el senador relata algunos acontecimientos que dan cuenta de la expansión de la OTAN y el conflicto en Ucrania, las operaciones de la Alianza, la promesa de no ampliar su membresía, hasta el rompimiento con Rusia, así como el preludio de la guerra.
“Analistas señalan que la expansión de la Organización del Tratado del Atlántico Norte no generó los beneficios que se esperaban, como el fortalecimiento de la democracia, pero sí hizo que Rusia tuviera un motivo contra Occidente, además de que modificó el camino de Moscú en política exterior”, subrayó Monreal Ávila.
Para 1994, en Estados Unidos, la administración de Bill Clinton ya había tomado la decisión de impulsar la inclusión de algunos países del anterior Pacto de Varsovia en la Alianza. Se invitó a Polonia, la República Checa y Hungría a convertirse en integrantes, y el Senado de la Unión Americana aprobó agregar esos países al Tratado del Atlántico Norte en 1998.
Incluso, William Burns, actual director de la CIA y consejero político en la embajada de Estados Unidos en Rusia, en la década de 1990, consideró que la decisión fue “prematura en el mejor de los casos e innecesariamente provocadora en el peor”.
Ricardo Monreal destacó que el diplomático e historiador George Kennan señaló que la ampliación de la membresía fue un error histórico, y que en la propia administración Clinton, el secretario de Defensa William Perry estuvo a punto de dimitir cuando se concretó esta expansión.
Además, refirió el legislador, internacionalistas señalan que el programa “Asociación para la paz”, establecido en 1994, era una opción más adecuada y flexible para el nuevo orden internacional, ya que promovía una cooperación militar con prácticamente todos los países del área euroatlántica, incluyendo a Rusia.
No es de sorprender entonces, acotó el coordinador parlamentario de Morena, la oposición rusa al ingreso de Polonia, Hungría, la República Checa, los Estados bálticos y otros países a la OTAN. A medida que esta expansión se acercó a Ucrania y Georgia, las protestas de los gobiernos rusos fueron más severas.
La Cumbre de la Alianza de 2008 en Bucarest, Rumania, resultó más fatídica que las anteriores rondas de expansión, pues ahí se declaró que Ucrania y Georgia eventualmente se convertirían en integrantes. Unos meses más tarde, estalló la guerra ruso-georgiana.
Desde entonces, los líderes rusos han afirmado en repetidas ocasiones que ven el ingreso de Ucrania en la OTAN como una amenaza existencial que se debe prevenir.
Pero para el politólogo estadounidense John Mearsheimer, agregó Ricardo Monreal en su artículo, en el 2017, Ucrania ya era de facto parte de la Organización del Tratado del Atlántico Norte.
Además, la administración del presidente Donald Trump le vendió “armas defensivas” a Kiev, la capital ucraniana, que a Moscú le parecían ofensivas. Otros países de la Alianza se sumaron al envío de equipo castrense, además de proveer entrenamiento militar y organizar ejercicios conjuntos.
En julio de 2021, subrayó Monreal Ávila, Ucrania y Estados Unidos llevaron a cabo una práctica naval en el Mar Negro en la que participaron 32 naciones.
La administración Biden continuó su acercamiento con Ucrania. En noviembre de 2021 se estableció una alianza estratégica entre ambos países, con el objetivo de definir “un compromiso en la implementación de las reformas necesarias para la integración en las instituciones europeas y euroatlánticas”.
“La semana pasada se cumplió un mes del inicio del ataque de Rusia a Ucrania. Mientras los bombardeos continúan, los esfuerzos de negociación bilaterales y multilaterales siguen, y es momento de reforzarlos y multiplicarlos para alcanzar un acuerdo de paz”, asentó el senador.