- “Estamos obligados a ser inteligentes, a ser propositivos, para presentar a la ciudadanía las
mejores propuestas, si no despareceremos y corremos el riesgo de desaparecer a las
oposiciones”, admite. - Sostiene que hay un gran descontento real y en algunos segmentos enojo, porque se ha ido
diluyendo la enorme expectación de mejorar las cosas con la llegada al poder del presidente
López Obrador.
Por Alfredo Martínez de Aguilar
El próximo proceso electoral a enfrentar en 2021 “será muy rudo, muy complicado e intenso al
definir el destino del país para los próximos 20 años, con riesgo de violencia en muchos lugares”.
De ahí que los partidos de oposición están en proceso de reorganización y exploración sobre su
participación en las mejores circunstancias, Jorge González Ilescas, ex dirigente estatal del PRI.
“Tenemos la gran oportunidad de generar frentes amplios que ofrezcan opciones diferentes en los
congresos estatales y federal, y en los estados donde habrá renovación de gobernadores”, apunta.
Entrevistado en el programa Detrás de la Noticia por Regeneración Televisión resalta que ello
requiere plataformas electorales con propuestas inteligentes y buenos candidatos y candidatas.
“No tenemos de otra, o lo hacemos o desaparecemos, el PRI en este proceso electoral que viene
se juega mucho más que simplemente ganar elecciones, nos jugamos la existencia del partido”.
“Estamos obligados a ser inteligentes, a ser propositivos, para presentar a la ciudadanía las
mejores propuestas, si no despareceremos y corremos el riesgo de desaparecer a las oposiciones”.
Apuesta a que la inteligencia que existe en todos los partidos y el reconocimiento del futuro que
están jugándose permita tomar la mejor decisión, es en lo que está comprometido a contribuir.
Hay un descontento real y en algunos segmentos enojo porque se ha ido diluyendo la enorme
expectación de mejorar las cosas con la llegada al poder del presidente López Obrador, señala.
Costará mucho trabajo a todos los partidos, hacer propuestas claras que la gente pueda tomar con
sensibilidad y hacerlas suyas, será muy difícil y desgastante para los partidos y para los candidatos.
Pero todos los partidos tienen que hacerlo, porque lo que se está jugando es una visión de un
México que para muchos es la que quisieran y para otros, no es la que deseamos, subraya.
“Hay que hacer un gran trabajo y aportar lo mejor que tenemos para presentar a la ciudadanía
propuestas que sean de su interés y que puedan representarla. Si no, quien sabe qué pasará”.
Afirma que para que resurja, el PRI que tiene que hacerse oposición porque, desgraciadamente, a
pesar que ya perdió anteriormente durante doce años, el PRI no ha aprendido a ser oposición.
Trabajaron mucho para que llegará Enrique Peña Nieto a ser candidato y presidente, y nunca
entendieron y, tampoco Peña en su momento, que tenían que ser un partido independiente
Venían de la oposición y debieron construir su propia identidad para poder ser un partido que
sobreviviera más allá de las circunstancias y no lo hicieron y están pagando las consecuencias.
Admite ser un PRI arrinconado, mal visto, con una élite de funcionarios que no sólo se llevaron lo
que dicen que se llevaron, sino inclusive hasta la propia historia que representa el PRI en México.
“Tenemos que ser más que un partido del gobierno cuando somos gobierno, una oposición
propositiva, seria, responsable, pero oposición permanente”, dice el ex líder estatal del tricolor.
El reto es tener la capacidad para reconocer lo bueno, pero también tener el valor y la calidad
moral para señalar lo que está mal, para tener la posibilidad de comunicarse y llegar con la gente.
El PRI es un instrumento indispensable para la democracia de este país, como parte de un proceso
histórico del país en donde no todo ha sido corrupción, en donde no todo ha sido malo, enfatiza.
“Hay muchas acciones generadas en los regímenes priistas impulsadas y encabezadas por priistas
que hasta el día de hoy siguen vigentes y siguen siendo de las grandes instituciones del país”.
Los priistas tienen que independizarse, no ser apéndices del gobierno, les hace mucho daño,
tienen que construir su propio partido, porque dicen que cuando el gobierno es bueno les va bien.
No es cierto o no siempre, aclara, pero cuando el gobierno es malo el que la paga es el PRI y, eso
no debe ser. “No aprendimos la lección de ser oposición durante dos sexenios a nivel nacional”.
“Sobrevivimos en la oposición doce años y volvimos con Peña Nieto y regresamos a nuestros
genes, a ser dependientes del presidente, a permitirle todas las decisiones al interior del partido”.
Tras seis años de ser oposición en Oaxaca, es histórico el regreso del PRI, lograron conformar un
gran frente amplio en el que pudieron coincidir con la candidatura de Alejandro Murat.
“Pudimos recuperar el gobierno, el resultado, ahora, es que tenemos un gran gobernador, que en
los hechos demostrará ser el gobernador más importante de los últimos años en Oaxaca”.
En circunstancias muy difíciles, Murat legará al estado tres obras que ya hubiera querido terminar
alguna de estas un gobernador, las autopistas al Istmo y la Costa, y el Corredor Interoceánico.