Por Laura Bruges
-Detectar y brindar atención oportuna por displasia, el objetivo: diputado Martínez Ventura.
Coneme / El diputado Luis Enrique Martínez Ventura, del PT, presentó una iniciativa con proyecto de decreto por el que se reforma y adiciona la fracción V del artículo 61 de la Ley General de Salud, con el fin de garantizar que las instituciones de salud públicas realicen obligatoriamente a los recién nacidos un tamizaje universal al nacimiento, a fin de detectar y brindar atención oportuna por displasia.
La iniciativa precisa que el diagnóstico oportuno y la atención temprana de la displasia en el desarrollo de la cadera (DDC) se debe realizar en la primera semana del nacimiento por medio de la exploración física dirigida, con posteriores revisiones a los dos, cuatro, seis y 12 meses.
El legislador indica que se tiene que tomar en cuenta la exploración física y factores de riesgo asociados, además realizar ultrasonido de cadera previo a los dos meses de edad, considerando la edad máxima para realizar dicho estudio a los cuatro meses. En pacientes mayores de cuatro meses se tiene que tomar una Radiografía antero posterior de pelvis.
El documento, turnado a la Comisión de Salud, señala que La displasia de cadera (DC) describe un espectro de anormalidades anatómicas que afectan la articulación de la cadera en etapa neonatal o infantil, en el que el proceso central consiste en la disrupción de la relación anatómica normal entre la cabeza femoral y el acetábulo.
Dichas alteraciones se producen durante el periodo embrionario, fetal o neonatal, y pueden ir desde la deficiente osificación del acetábulo (displasia), provocando una ligera incongruencia entre las superficies articulares del iliaco y fémur, lo que provocará un desgaste prematuro de dicha articulación; hasta una luxación de cadera.
Puntualiza que el diagnóstico temprano y el tratamiento oportuno son las piedras angulares para la obtención de resultados excelentes, previniendo el desarrollo de artrosis temprana y la generación de otras complicaciones inherentes a la enfermedad o como consecuencia del tratamiento quirúrgico.
Enfatiza que cuando el tratamiento comienza entre la sexta y la octava semana, el 96 por ciento de los casos evolucionarán hacia una cadera reducida y estable; no obstante, este porcentaje de éxito disminuye a partir de los tres meses de edad, considerándose a partir de este momento un diagnóstico e inicio de tratamiento tardío.
Destaca que en nuestro sistema de salud sólo existe la norma y guía oficial mexicana para el abordaje de este problema en los niños que acuden a los servicios médicos; sin embargo, a pesar de dicha norma, hay múltiples casos de diagnósticos tardíos que no fueron detectados por falta de un tamizaje universal al nacimiento.
“El diagnóstico temprano y el tratamiento oportuno son menos complejos y dan mejores resultados. Un diagnóstico tardío complica el tratamiento y ensombrece el pronóstico. La presencia de la displasia de cadera DDC durante la infancia es de los principales factores asociados a enfermedad articular degenerativa de la cadera en la vida adulta”, sostiene la propuesta del legislador Luis Enrique Martínez Ventura.