Leslie González
*El proyecto se integra por ocho caminatas inmersivas que replantean la tecnología en que nos relacionamos con el medio ambiente y la *Cada mes se llevará a cabo una temática distinta
Coneme / ¿Te imaginas recorrer el bosque a través de los sonidos que lo habitan?, de eso se trató la primera caminata de “Bosque Adentro”, una iniciativa de la Secretaría de Cultura del Gobierno de México –a través del Centro de Cultura Digital (CCD), la Fonoteca Nacional y el Complejo Cultural Los Pinos– y el Bosque de Chapultepec.
La experiencia inmersiva invita a repensar la relación del ser humano con el entorno para promover una conexión más respetuosa y consciente con los ecosistemas que habitamos.
Con preguntas como: ¿estás escuchando lo que estás oyendo?, ¿puedes oír el aire y escuchar el recuerdo de un sonido viejo?, ¿recuerdas el sonido antes de esta pregunta?, la guía en el viaje sónico, Ana Cecilia Medina Arias, introdujo a las y los presentes en la Hondonada, dentro de Los Pinos, para hacer el recorrido; juntos exploran el espacio a través de los oídos, sumergiéndose en una experiencia sensorial que invita a reconectar con el entorno y con uno mismo.
Las caminatas forman parte del programa de actividades del Laboratorio Tecnologías de la Naturaleza del CCD. Al respecto, su coordinador, Daniel Escamilla, explicó: «Es el primero de ocho recorridos temáticos diseñados para sensibilizar a las y los participantes con el espacio y la naturaleza. » Bosque Adentro» consiste en caminatas inmersivas que buscan redescubrir los ecosistemas urbanos a través de los sentidos».
Con más de 170 mil árboles y una amplia biodiversidad, el Bosque de Chapultepec desempeña un papel crucial para mejorar la calidad del aire, regular el ciclo hidrológico y contribuir con la sostenibilidad ambiental y la conservación de la vida silvestre en la Ciudad de México.
Escamilla comentó que para el primer paseo se eligió al sonido como eje central porque la escucha es un ejercicio de imaginación. «Cuando escuchamos algo, generamos una imagen, estimulamos la imaginación y reconocemos que quizás los sonidos de la naturaleza están disociados de las imágenes que pensamos».
Durante la caminata, las y los participantes se sumergieron en una experiencia auditiva profunda, lo que permitió escuchar aves, risas y murmullos de paseantes; una parte del grupo, con los ojos tapados, se concentró en los sonidos de sus propios pasos mientras avanza en silencio por el terreno irregular.
La única comunicación era un código de manos que sus compañeros realizaban para indicarles la dirección o si debían subir. La parte más desafiante fueron las escaleras, en las que la confianza en la guía se volvió fundamental. Luego, los roles se intercambiaron y el grupo continuó en silencio en la exploración del espacio desde otra perspectiva.
Creación de comunidad a través del sonido
La experiencia culminó con una sesión de escucha en el estanque de peces, en el que se utilizó un hidrófono que Medina Arias construyó especialmente para la actividad.
El momento final deja a todos con «los oídos abiertos», como lo describe uno de los participantes, Alejandro Bustos: «Fue una experiencia de hacerte consciente de lo que te rodea a través de un sentido que normalmente interiorizas. Una introspección muy interesante».
Por su parte, Judith Palomeque destacó: «Me llevo una experiencia acerca de reconocer los sonidos. La mejor parte fue tener la guía con los ojos cerrados porque te concentras en lo que escuchas con todo el cuerpo».
Mariel Medina, otra participante, reflexionó sobre el valor de la actividad: » Son experiencias artísticas que amplían nuestra sensibilidad. También valoro el encuentro con otras personas. Favorecer estas comunidades efímeras es ahora muy necesario. Este asunto de la confianza al dejarse guiar está muy bien, y creo que es bueno que de pronto se formen estas comunidades».
Colaboradora del programa Ibermemoria Sonora, Fotográfica y Audiovisual de la Fonoteca Nacional, Ana Cecilia Medina Arias ha dirigido otras caminatas inmersivas durante los últimos diez años. Son acciones resultado de una investigación profunda que se basa en varios estudios sobre el sonido y su impacto en la percepción humana.
«La meditación está inspirada en Pauline Oliveros, una compositora estadounidense que desarrolló una práctica que consiste en 13 preguntas enfocadas a inspirar la reflexión con los sonidos. Para la caminata sonora retomé elementos de la escuela canadiense de Hildegard Westerkamp y Murray Schafer, pioneros en el proyecto Paisaje Sonoro, así como las ideas de Dominic Pettman sobre escuchar a la naturaleza como si nos hablara».
“Bosque Adentro” replantea la forma en que nos relacionamos con la naturaleza y cómo entendemos la tecnología; con esa premisa, las caminatas se llevarán a cabo una por meses (19 de abril, 11 de mayo, 14 de junio, 5 de julio, 9 de agosto, 20 de septiembre, 18 de octubre), con temáticas cambiantes.
En la próxima, se reconocerán especies de hongos y plantas en el Bosque de Chapultepec, explorando cómo se comunican estas plantas con el entorno urbano. Para más información, visita centroculturadigital.mx
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