Atenea Vargas

Coneme / La Compañía Nacional de Danza ofrece una temporada con una versión coreográfica de Cuauhtémoc Nájera

Entre sonados aplausos de un visible y emocionado público, la Compañía Nacional de Danza, agrupación perteneciente al Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL), arrancó una temporada de El lago de los cisnes en la Sala Principal del Palacio de Bellas Artes.

Con localidades agotadas, las funciones son una serie de presentaciones que buscan encantar tanto a conocedores del ballet como a quienes experimentan por primera vez su acercamiento al arte escénico clásico.

El relato de la princesa Odette, convertida en cisne por un malvado hechizo, cobró vida con la interpretación –en la primera función– de Greta Elizondo, quien asumió los roles duales de Odette y Odile. Su actuación, llena de fuerza y delicadeza, arrancó numeraosas aclamaciones, mientras que Alejandro Hidalgo, en el papel del príncipe Sigfrido, mostró destreza y emotividad.

Bajo la dirección artística de Elisa Carrillo y Cuauhtémoc Nájera, así como la música de la Orquesta del Teatro de Bellas Artes, la presente versión de El lago de los cisnes, basada en la original de Maius Petipa, profundizó en la humanidad de los personajes al conmover y sorprender al público presente.

Nájera, encargado de la actual versión coreográfica, buscó una mayor integración del cuerpo de baile masculino en el primer acto y destacó la participación de todo el elenco en momentos clave para ofrecer una interpretación renovada del clásico de Piotr Ilich Chaikovski. «Queríamos que cada personaje, incluso los secundarios, se sintieran más humanos y cercanos», considera el coréografo.

«Ver cómo Odette lucha por mantener su dignidad me hace pensar en lo que todos somos capaces de realizar para no perder lo que realmente somos», comentó Margarita González, espectadora de 54 años, quien confesó haber llorado durante el desenlace de la puesta.

Por su parte, un joven asistente que veía ballet por primera vez se dijo sorprendido por lo mucho que sintió durante la obra, «nunca pensé que el ballet pudiera transmitir tanto sin necesidad de palabras».

En palabras del público, la puesta coreográfica es una invitación a reflexionar sobre las decisiones, el amor verdadero y la batalla interna que todos enfrentamos alguna vez. Como aseguró una madre que asistió con sus dos hijos: «No importa cuántas veces la vea, siempre me hace sentir algo nuevo».

Los aplausos confirmaron que El lago de los cisnes se mantiene como una obra que, a más de 100 años de su creación, toca fibras sensibles y refleja profundos dilemas humanos.

El lago de los cisnes –con la Compañía Nacional de Danza en el Palacio de Bellas Artes– durante esta temporada destacará a otras primeras figuras como Mayuko Nihei y Ana Elisa Mena, en roles principales.

Las siguientes funciones serán los días: martes 12 y jueves 14 a las 20:00 h –con la participación de la Orquesta del Teatro de Bellas Artes–, sábado 16 a las 12:00 y 18:00 h –con música grabada–, y finalmente, el domingo 17 a las 17:00 h –nuevamente con música en vivo–.