María Esther Beltrán Martínez
Coneme / La entrega del Premio Donostia a Javier Bardem ha centrado la atención de la gala de inauguración de la 72ª edición del Festival de San Sebastián. El festival dará muchas noticias hasta el 28 de septiembre. Este año está formado por más de 200 títulos y un amplio número de presencias de la cinematografía mundial.
En está ocasión los cómicos españoles Andreu Buenafuente y Berto Romero compartieron con la actriz Bárbara Goenaga la misión de presentar una ceremonia repleta de humor que ha incluido guiños a la turistificación, la situación del cine argentino y los premios, entre otras cuestiones.
El actor Javier Bardem que ha conquistado el cine español y el internacional , en la anterior edición no pudo recoger el Premio Donostia por la huelga de guionistas e intérpretes de Hollywood pero prometió volver este año para recibir la máxima distinción honorífica de un festival al que le une una grandísima amistad, como él mismo expresa.
Bardem recibió una gran ovación que se extendió como actualmente se acostumbra por varios minutos. Emocionado agradeció y en varias ocasiones trató de hablar, pero los aplausos intensos se lo prohibieron.
“Gracias, gracias, recuerden que estamos también en televisión”, expresaba emocionado.
«Recibo el premio con todo el amor y todo el cariño de este festival que tanto me ha dado en el plano personal y profesional», ha comenzado, para acordarse de directores como Bigas Luna que fue con quién comenzó su andadura en el cine, lo recordó como un hombre que daba mucho cariño y continúo con su familia empezando con su madre, así como de sus hermanos Mónica y Carlos, que estuvieron presentes en el escenario.
También ha dado las gracias a su maestro de interpretación Juan Carlos Corazza, que le ha entregado el premio y le ha enseñado que el trabajo del actor guarda relación «con la verdad y con la honestidad», pues éste debe ser «lo contrario de manipular y ha de realizarse desde un lugar de transparencia y desnudez».
Finalmente, ha dedicado muy emocionado el premio a su fallecida madre Pilar Bardem («está aquí, feliz, la siento alegre»), a su esposa la actriz Penélope Cruz, quien se encontraba sentada en el patio de butacas del Kursaal, muy emocionada y escuchó las palabras de Javier. Mención especial y para terminar habló de sus hijos Leonardo y Luna.
Por su parte el maestro Corazza ha destacado de Bardem su «vocación y compromiso», al tiempo que le ha dado las gracias por «recordarnos que el arte es una celebración de la vida, una invitación para cuidarnos y cuidar, para construir en vez de destruir». «Gracias, Javier, por tu entrega a la frágil y misteriosa corriente del arte, con la fe en que el arte es esencial para la salud de la sociedad», ha afirmado Corazza.
En la gala se han recordado los principales hitos de Javier Bardem, que cuenta en su haber con premios como el Oscar, el Globo de Oro, el BAFTA o el Goya, pero sobre todo se ha puesto atención a los galardones que recibió al inicio de su exitosa carrera. Fue precisamente en el Festival de San Sebastián donde hace 30 años ganó por partida doble la Concha de Plata al mejor actor por su trabajo en Días contados (1994), de Imanol Uribe, y El detective y la muerte (1994), de Gonzalo Suárez. Bardem, que el año pasado protagonizó el cartel de la 71ª edición del Festival, es la séptima personalidad española en recibir el premio honorífico más importante del certamen tras Fernando Fernán Gómez (1999), Paco Rabal (2001), Antonio Banderas (2008), Carmen Maura (2013), Penélope Cruz (2019) y Víctor Erice (2023).
El Premio Donostia a Bardem corresponde a los que se otorgaron el año pasado, pero en la presente edición el Festival entregará otros dos galardones honoríficos: uno a la actriz Cate Blanchett, y otro al cineasta Pedro Almodóvar.