Juan Carlos García
Coneme / En el marco de la 24ª Asamblea Nacional Ordinaria del Partido Revolucionario Institucional (PRI), se comienzan a notar señales de alarma, debido a la división que se ha provocado entre ese instituto político y sus sectores; a pesar de que estos últimos son quienes le han dado vitalidad y fortaleza a lo largo de su historia.
En especial, entre quienes han tenido que tomar una sana distancia por la falta de espacios y desatención ha sido la Confederación de Trabajadores de México (CTM), cuyos líderes y miembros a base de mucho esfuerzo han logrado hoy consejerías municipales y presidencias municipales; dejando el Comité Ejecutivo Nacional del PRI fuera la voz de casi 4 millones de trabajadores que forman este sector.
Los espacios se vieron reducidos en otras áreas, motivo por el cual ningún cetemista acudió a la Asamblea Nacional del PRI; cerrando filas con su líder nacional, don Carlos Aceves del Olmo, como muestra de la unidad y apoyo de cada uno de sus agremiados.
Sumado a lo anterior, lo que más llama la atención es el fuerte apoyo y la solidaridad hacia su máximo líder obrero por parte de los cuadros más distinguidos del Partido Revolucionario Institucional, como el único Gobernador priísta, Manolo Jiménez, titular del Poder Ejecutivo del estado de Coahuila, quien decidió no asistir a la Asamblea Nacional del PRI, al igual que el exgobernador y hoy Senador electo Miguel Riquelme.
Ambos destacados actores políticos cetemistas brindan el total apoyo a la presencia más visible del sindicalismo en México, el Senador don Carlos Aceves del Olmo y el Diputado Federal, Tereso Medina, quien en una muestra de congruencia, de lealtad y firmeza, con su líder nacional don Carlos Aceves del Olmo coordina los trabajos en la Cámara de Diputados.
No hay duda de que el PRI atraviesa por una grave situación, al encerrarse en un círculo de unos cuantos ambiciosos sin importarles contribuir a aniquilar lo poco que queda de su Instituto Político.