Mario Iván B. Ruíz
Coneme / David Romero Camarena, exdirector del Centro de Ciencias Genómicas (CCG) de la UNAM, recalca la necesidad de mantener la prohibición de la edición genética en la línea germinal humana, que afectaría a las generaciones futuras, y aboga por su uso exclusivo en procedimientos terapéuticos para enfermedades graves y con expectativas de mejoría en el tratamiento.
Durante su participación en la Cátedra Extraordinaria «Problemas Bioéticos Contemporáneos V» del Programa Universitario de Bioética de la UNAM, Romero Camarena subrayó que las técnicas de edición genética aún están en fase experimental y que se desconocen muchas de sus consecuencias, por lo que gran parte de estos procedimientos deben llevarse a cabo únicamente en entornos controlados de laboratorio.
El experto advierte que, en caso de emplearse con fines terapéuticos, es crucial que los pacientes estén completamente informados sobre la naturaleza experimental de estos procesos y que se comprenda que los resultados no están garantizados. Además, insiste en que la modificación genética solo debería considerarse en la línea germinal cuando se cuente con más información y una evaluación exhaustiva de los riesgos.
Romero Camarena también destaca que la edición genética tiene aplicaciones en diversos campos, como la agricultura, la veterinaria, la salud humana y la ecología. Por ejemplo, menciona el tratamiento autorizado en Estados Unidos y Reino Unido para la anemia falciforme, así como los avances en la inactivación de genes en animales para aumentar la producción de alimentos y mejorar la resistencia a enfermedades.
Sin embargo, el experto resalta los dilemas bioéticos que plantea la edición genética, como su accesibilidad, su posible uso con fines cosméticos o de mejora genética, y su potencial para generar prejuicios sociales. También advierte sobre la necesidad de precaución para evitar posibles consecuencias no deseadas, tanto para los humanos como para el medio ambiente, e incluso su posible uso indebido con fines de bioterrorismo.