Mario Iván B. Ruíz
Coneme / Este 18 de enero conmemoramos el 42 aniversario luctuoso de Juan O’Gorman, arquitecto y pintor mexicano cuyo impacto sigue resonando en todo el mundo. Su obra más icónica, la Biblioteca Central en Ciudad Universitaria, es equiparada a la Torre Eiffel en reconocimiento global.
Luisa Noelle Gras Gas, secretaria técnica del Comité de Análisis para las Intervenciones Urbanas, Arquitectónicas y de las Ingenierías en el Campus Ciudad Universitaria, destaca la importancia de esta obra como símbolo de orgullo nacional. No solo es el edificio más fotografiado de México, sino que también alberga murales de más de cuatro mil metros cuadrados que encierran mensajes profundos sobre nuestra identidad.
La experta subraya la meticulosidad de O’Gorman al fusionar elementos de la cultura europea y prehispánica en los murales. Estos no solo son visualmente atractivos, sino que también son parte integral de la identidad de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Además de la Biblioteca Central, O’Gorman dejó un legado en la educación al construir aproximadamente 20 escuelas públicas con un enfoque funcional y moderno. Su compromiso con la higiene y la ventilación en las aulas, incluso décadas atrás, demuestra su visión vanguardista.
La huella de O’Gorman no se limita a la arquitectura. Colaboró con Diego Rivera en la aplicación de la técnica de elaborar dibujos con piedras en el Anahuacalli. Su influencia se extiende a las casas que construyó en San Ángel, hoy parte del Museo Casa-Estudio de Diego Rivera y Frida Kahlo.
Aunque dejó la arquitectura en 1936 para dedicarse a la pintura, O’Gorman continuó destacándose en el muralismo. Su enfoque preciso y su profundo conocimiento de los temas que pintaba lo distinguen como un artista excepcional.
Hoy, recordamos y celebramos el legado de Juan O’Gorman, un hombre cuya creatividad y compromiso dejaron una huella imborrable en la historia artística y arquitectónica de México.