Mario Iván B. Ruíz

Coneme / El 26 de enero se conmemora el 176 aniversario del natalicio de Justo Sierra Méndez, conocido como el «Maestro de América». Su legado se destaca por su impacto en la educación y la cultura en México, y por ser un pilar en la creación de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Hugo Casanova Cardiel, coordinador del Consejo Académico de las Humanidades y las Artes de la UNAM, destaca que Sierra Méndez fue un hombre visionario que entendió la educación como un camino seguro para la emancipación intelectual de la sociedad mexicana. A pesar de formar parte de la élite porfirista, abogó por la instrucción obligatoria como medio de superación individual y colectiva.

Sierra Méndez, inspirado en el positivismo, se oponía a interpretaciones religiosas del mundo y abogaba por el bien colectivo sobre el interés individual. Casanova Cardiel destaca que, aunque no profundizó en las contradicciones sociales que llevaron a la Revolución Mexicana, sí otorgó a la educación nacional un papel fundamental para fortalecer la patria, el desarrollo y la democracia.

Entre las contribuciones esenciales de Justo Sierra se encuentra el establecimiento del primer sistema laico de instrucción pública en México, la promoción de la unificación lingüística del país, la autonomía para los jardines de niños, el reconocimiento del magisterio en el nivel superior y la instauración de un sistema de becas para alumnos destacados.

Hugo Casanova destaca la vigencia de los postulados educativos de Sierra Méndez en la actualidad. La UNAM, basándose en esos principios, se presenta como una institución libre, plural y comprometida con la solución de los desafíos nacionales actuales.

Justo Sierra Méndez nació en Campeche el 26 de enero de 1848, y su legado perdura en la Universidad Nacional Autónoma de México, que continúa siendo un faro de conocimiento y pluralidad en el país.