Carlos Manuel Cruz

*La Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural opera a nivel nacional nueva estrategia para frenar la resistencia a los antimicrobianos y sus acciones están alineadas a las recomendaciones de las OMS, la FAO, la OMSA y el UNEP, bajo el concepto Una Salud.

Coneme / La Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural destacó la importancia de considerar a la inocuidad de los alimentos y al buen uso de fármacos en la medicina veterinaria, como ejes estratégicos para atacar el problema global de la Resistencia de los Antimicrobianos (RAM).

En el marco de la celebración de la Semana Mundial de Concientización sobre la Resistencia a los Antimicrobianos (RAM), la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural reconoció la importancia de la inocuidad de los alimentos y el buen uso de fármacos en la medicina veterinaria, como ejes estratégicos para atacar este problema global.

Agricultura fortaleció su estrategia para la vigilancia de la RAM, que está alineada a las recomendaciones de las organizaciones Mundial de la Salud (OMS), de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y Mundial de Sanidad Animal (OMSA) y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEP), bajo el concepto Una Salud.

Así, a partir de 2023 las acciones del Senasica contra la RAM involucran el fortalecimiento de la vigilancia en la cadena alimentaria para fomentar que médicos veterinarios y productores apliquen medidas de higiene y sanitarias para reducir el uso de medicamentos destinados a combatir infecciones en animales.

También, en el ámbito de inocuidad, Agricultura opera estrategias para fortalecer la producción de alimentos libres de contaminantes microbiológicos, con el fin de evitar su dispersión en el ambiente y aumentar la resistencia a los antimicrobianos.

Para la conmemoración 2023 de la Semana Mundial de Concientización sobre la RAM, el Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica) organizó dos foros virtuales con especialistas de talla internacional, en coordinación con el Consejo de Salubridad General.

Durante el foro: “Una perspectiva ambiental”, la jefa de Secuenciación y Bioinformática del Centro Nacional de Referencia de Inocuidad y Bioseguridad Agroalimentaria (CNRIBA), Fabiola Hernández Pérez, destacó que las dependencias integrantes del Subcomité Técnico enfocado a Salud Ambiental (SCRAM-A) cuentan con el conocimiento y la tecnología para generar evidencia científica sobre el problema que representa la RAM en aristas como la cadena alimentaria, la fauna silvestre, el suelo y el agua residual y de lluvia.

La directora de Información General en Salud Ambiental del Centro Nacional de Programas Preventivos y Control de Enfermedades (Cenaprece), Gabriela Domínguez Cortinas, precisó que los ecosistemas funcionan como un reservorio de antimicrobianos y microrganismos resistentes que se propagan hacia los seres vivos través del agua, el suelo y el aire.

De acuerdo con estudios, apuntó, en los valles del Mezquital y de Tula, Hidalgo, y en aguas superficiales y subterráneas de la Ciudad de México se han identificado concentraciones elevadas de productos farmacéuticos con características antimicrobianas, como trimetoprima, eritromicina, naproxeno, ibuprofeno, diclofenaco, ketoprofeno y carbamazepina.

Esos residuos contribuyen a que microorganismos con basta presencia en el ambiente, como el E. Coli, se adapten y adquieran genes resistentes a los medicamentos, manifestó.

La fundadora y directora ejecutiva del centro de investigación Resistomap Oy, de Helsinki, Finlandia, Windi Muziasari, señaló que para frenar a la RAM es imprescindible identificar, caracterizar y monitorear el nivel de resistencia de los microorganismos en los flujos de infección donde se desarrolla resistencia.

Destacó que la RAM exige el uso de tecnología de punta, ya que requiere métodos de genética molecular y análisis de datos. Al respecto, desde 2019 el Centro ha procesado más de 10 mil muestras ambientales de 45 países, México incluido, agregó.

Cabe subrayar que en 2018 el CNRIBA fue designado por la OMS como Centro Colaborador en materia de RAM para vigilar los microorganismos que están presentes en alimentos y el medio ambiente.

Con esta designación, México se unió a Estados Unidos, Costa Rica y Argentina, como únicos países en el continente que colaboran con la OMS en materia de RAM y el único en América Latina enfocado en el sector de la inocuidad agroalimentaria.

En concordancia con la misión de la Red de Centros Colaboradores de Vigilancia y Evaluación de la Calidad de la RAM, México apoya a los países de Centroamérica, del Caribe y de Sudamérica para desarrollar sus capacidades e implementar a corto y mediano plazo la vigilancia de la RAM en toda la región.

A la fecha, nuestro país ha brindado asesoría técnica a Nicaragua, Cuba, Brasil y Ecuador para la implementación de protocolos de secuenciación de genoma completo de bacterias que pueden causar enfermedades a los seres humanos.

Por otra parte, el Centro Nacional de Servicios de Diagnóstico en Salud Animal (Cenasa) del Senasica celebró un foro virtual en el que destacó el trabajo que se realiza en los laboratorios de referencia en materia de secuenciación genómica de múltiples bacterias, virus, hongos y parásitos que presentan resistencia a los medicamentos, con el objetivo de informar oportunamente de sus resultados a las instancias nacionales e internacionales.

El director del Cenasa, Carlos Jasso Villazul, subrayó que la RAM es una amenaza sanitaria creciente para la salud animal, derivado de que los antimicrobianos se utilizan de manera indiscriminada e innecesaria al administrarlos a animales sanos o que sufren alguna enfermedad que pudiera controlarse con otro tipo de medicamentos.

Durante las jornadas, especialistas del sector veterinario y farmacéutico compartieron información sobre alternativas de tratamientos que favorecen la reducción de antibióticos en el sector ganadero y acuícola, como la vacunación.

Cabe precisar que la RAM es un fenómeno natural de adaptación que desarrollan los microorganismos como bacterias, hongos, virus y parásitos ante la presencia de los medicamentos antimicrobianos.

Este proceso genera la aparición de microorganismos resistentes a los fármacos utilizados para tratar las infecciones, lo que ocasiona severos problemas en la salud pública y animal, ya que dificulta el control de las infecciones.

Actualmente, se estima que en el mundo alrededor de 700 mil personas fallecen al año por infecciones provocadas por este tipo de microorganismos y se calcula que para el 2050 esta cifra ascenderá a 10 millones.