Por Carlos Manuel Cruz
*El sector vitivinícola nacional genera más de 500 mil empleos tan sólo en la actividad primaria de la vid y mil 200 empleos directos y más de 10 mil empleos indirectos, lo que lo ubica como el segundo empleador más importante del sector primario.
Coneme / En el marco del Día del Vino Mexicano, que se celebra el 7 de octubre, la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural y el Consejo Mexicano Vitivinícola (CMV) realizaron el evento: Nuestra riqueza: El vino mexicano, para destacar el desarrollo y dinamismo del sector vitivinícola nacional y su contribución al crecimiento productivo, económico, social y cultural en diferentes regiones del país.
También, se entregaron reconocimientos a tres publicaciones: Vinicultores de las californias hispánicas, 300 años de una tradición mexicana, de Rondi Frankel; El vino y el derecho, de Óscar Cruz Barney, y La industria vitivinícola mexicana en el siglo XXI, en colaboración de los investigadores Norma Borrego, Ariel Vázquez Elorza, Adolfo Herrera y Ever Sánchez, por su contribución al conocimiento, difusión, historia, cultura y desarrollo de este sector.
Con la representación del secretario Víctor Villalobos Arámbula, el coordinador general de Agricultura, Santiago Arguello Campos, señaló que mejorar el nivel de resiliencia en el sector es fundamental para su permanencia y crecimiento, con el manejo de sistemas productivos sostenibles, ante los efectos de cambio climático a nivel global.
Aseguró que la ciencia y la investigación son piedra angular para fomentar procesos innovadores en el desarrollo de tecnologías, sistemas de riego, control de plagas y enfermedades, así como el manejo integrado agronómico para incrementar productividad y rendimientos en la actividad primaria, a través del acompañamiento de los bienes públicos de la dependencia federal.
Precisó que México está considerado como el productor de vino más antiguo de Latinoamérica y ocupa el lugar 33 a nivel mundial. El año pasado registró una superficie sembrada de 36 mil hectáreas, de las cuales se cosecharon 24 mil de uva de mesa, nueve mil para uva de uso industrial (vinos y jugos) y el resto para uva pasa.
Destacó el liderazgo de Baja California, que concentra el 44.4 por ciento de la superficie destinada al cultivo de uva de uso industrial, seguido de Zacatecas, Aguascalientes, Coahuila, Querétaro, Chihuahua, Guanajuato, Sonora, San Luis Potosí y Nuevo León.
En 2022, la producción de vino en el país fue de 39.6 millones de litros, con una participación a nivel mundial de 0.13 por ciento, lo que significa que hay un gran tramo para avanzar, y que en México representa un sector importante, con un valor de mercado de dos mil 468 millones de dólares, apuntó.
Además, dijo, genera más de 500 mil empleos tan solo en la actividad primaria de la vid, y mil 200 empleos directos y más de 10 mil empleos indirectos, lo que lo ubica como el segundo empleador más importante del sector primario.
Indicó que la producción nacional de vino representa el 34 por ciento del total consumido en el país, y se estima que el consumo per cápita en la población mayor de edad es de 1.2 litros, con un crecimiento en la preferencia del vino mexicano por su alta calidad y relación positiva costo-beneficio.
Como país, subrayó, se cuenta con zonas de clima idóneo y potencial productivo para el establecimiento de plantaciones de vid, en la producción de uva mesa, pasa y, desde luego, para vinos, situación que representa una enorme oportunidad para reducir importaciones y seguir mejorando nuestra balanza comercial agroalimentaria.
Arguello Campos recalcó el reconocimiento que se tiene en el ámbito internacional del turismo enológico de México, con seis destinos: La antigua ruta del vino, de Baja California; La ruta del vino, de Baja California; Vinos y dinos, de Coahuila; La ruta del vino, de Aguascalientes; La ruta de arte, queso y vino, de Querétaro, y La ruta del vino, de Guanajuato.
El presidente del Consejo Mexicano Vitivinícola (CMV), Salomón Abedrop López, destacó que la industria mexicana de vino se encuentra en su mejor momento porque su consumo ha crecido a ritmo de dos dígitos, al pasar de 10 por ciento al 34 por ciento durante la última década.
Incluso, refirió, en el ámbito nacional una de cada tres botellas son mexicanas y acompañan los alimentos, momentos y vivencias de los consumidores del país.
Abedrop López expuso que este sector impulsa acciones a través de la unión y la sustentabilidad para hacer un frente común y promover el producto mexicano ante las adversidades del mercado y el reto es conseguir que una de cada dos botellas sea mexicana.
Subrayó que la industria mexicana refuerza acciones para posicionar la marca “México”, tanto a nivel nacional como internacional y resaltar la calidad, sabor y región de dónde proviene la bebida, como Querétaro, Aguascalientes y Baja California, e incluso que cuenta con precios competitivos y accesibles a los consumidores.
El presidente de la Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV), Luigi Moio, se congratuló por la conmemoración del primer año del Día Nacional del Vino Mexicano, que es una gran iniciativa para incrementar la difusión y la transmisión intergeneracional sobre la cultura de esta bebida.
Subrayó la importancia de que los jóvenes también descubran la cultura del vino y los beneficios de la industria, y felicitó a los productores vitivinícolas nacionales por este relevante logro en el país.
Normativa rinde frutos en la producción y reconocimiento a la vitivinícola nacional
La abogada general de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, Rosa Chávez Aguilar, recordó que esta celebración inició en 2022 y con siete peticiones del sector vitivinícola al secretario de Agricultura, Víctor Villalobos Arámbula, para obtener el reconocimiento a nivel nacional de tan importante producto.
Relató que la elaboración de un documento para ser firmado por el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, no fue sencillo porque requirió realizar trámites durante casi un año e incluyó un análisis técnico jurídico, datos estadísticos e históricos, importancia social y la evaluación de un impacto presupuestario.
Ello, agregó, permitió que el 10 de enero de 2023 se publicará el decreto en el Diario Oficial de la Federación (DOF) y asignar el 7 de octubre como «Día del Vino Mexicano», una fecha para reconocer a toda la cadena productiva que ha demostrado voluntad y talento para consolidar su trabajo.
El autor del libro “El vino y el derecho”, Óscar Cruz Barney, consideró que el derecho juega un papel fundamental para respaldar el desarrollo de la industria vitivinícola, desde los procesos de producción y hasta la comercialización en los mercados nacional e internacional.
Después de recibir un reconocimiento en el marco de la conmemoración, resaltó que México vive hoy una vigorosa recuperación en el consumo de vino, tanto en los hogares como restaurantes, y se puede entender desde la dimensión social, cultural e histórica, de ahí que requiere un profundo conocimiento del clima, suelos, regiones de cultivo y, desde luego, de la normativa aplicable.
La autora del libro «Vinicultores de las Baja Californias Hispánicas, 300 años de tradiciones mexicanas», Rondi Frankel, fue reconocida por la aportación de su obra en la que a través de 25 años de trabajo expone la línea histórica directa entre los primeros vitivinicultores y los actuales.
Destacó que las raíces del aclamado vino de California son mexicanas, no españolas, y provienen de manos nativas y novohispanas, responsables de la vinicultura actual.
Es por ello que a través de su obra escrita se rescata la memoria de esos vitivinicultores que han quedado en el olvido, subrayó.