Por Mario Iván B. Ruíz
*José Luis Maldonado Rivera comentó que nuestro país posee riqueza solar; hay regiones donde la radiación es de 130 watts por metro cuadrado
Coneme / La energía por irradiación que llega del Sol a la Tierra es de 175 mil terawatts (TW) al año, y el ser humano consume -durante ese periodo- aproximadamente 17 TW, lo que significa que al utilizarla estarían satisfechos nuestros requerimientos actuales, pero debemos aprender a usarlos, enfatizó el científico del Centro de Investigaciones en Óptica (CIO), José Luis Maldonado Rivera.
Ante estudiantes reunidos en el Auditorio Marcos Moshinsky, del Instituto de Ciencias Nucleares de la UNAM, el especialista explicó: la que se recibe en 1.5 horas equivale a la que actualmente consumimos en un año.
México es un país privilegiado geográficamente para las energías renovables, especialmente por su riqueza solar, pues hay regiones donde la radiación es de 130 watts por metro cuadrado; en general hay gran radiación todo el año, recordó el doctor en Física por la Universidad Nacional.
Alemania es una de las naciones que genera más electricidad a través de sistemas fotovoltáicos en el mundo, pese a que su tamaño es aproximadamente un cuarto del territorio mexicano y recibe la mitad de irradiación solar que nosotros.
Sin embargo, la generación eléctrica que tenemos en México es menor que la de los germanos, subrayó al ofrecer la charla “Energías renovables y celdas solares de tercera generación”. Actualmente se estima una producción instalada de dos mil 015 megawatts (MW), anteriormente era de aproximadamente 100 MW; crece bastante rápido, comentó.
Respecto al uso de celdas solares, el investigador experto en óptica precisó que existen hasta cuatro generaciones de estos dispositivos: silicio; lámina delgada; de bajo costo al usar cobre, galio y selenio; mientras que a la última se le conoce como células orgánicas fotovoltáicas, en las cuales la eficiencia no es el problema.
Maldonado Rivera apuntó que en la siguiente generación se busca que sean eficientes; el reto es que sean estables e imprimibles para que, en caso de que fallen, sean reemplazadas fácilmente.
El investigador recordó que la Ley de Transición Energética mandataba que para 2024 (próximo año) se debería tener una producción de energía eléctrica limpia de cerca de 35 por ciento, lo cual no se ha alcanzado, pero tampoco estamos en cero.
Las transiciones en la materia no son simples ni rápidas, razón por la cual ha tomado más de 30 años en realizar los cambios de una tecnología alterna. En ese sentido, el trinomio academia, industria y gobierno es esencial para fomentar el uso de energías renovables, económicas y limpias, concluyó.