Por Carlos Mauricio Hernández

Coneme/ Traficantes emplearon a consumidores como conejillos de indias para hacer mezclas de drogas, acusa el Centro Binacional de Derechos Humanos.

Adictos que viven en la canalización del río Tijuana, en Baja California, fueron usados por integrantes de cárteles del narcotráfico para experimentar con mezclas de fentanilo y otras sustancias, y para determinar dosis que, si bien generaran mayor dependencia a las drogas, no fueran mortales.

Así lo afirma Víctor Clark, director del Centro Binacional de Derechos Humanos, quien asegura que hubo toda una “estrategia de mercadotecnia” para introducir el fentanilo entre los consumidores de esa frontera, una especie de “proceso para formar adictos”.

Empezaron a mezclar el fentanilo con otras drogas… con heroína, cocaína, metanfetamina, con el propósito de crearles resistencia en el consumo de fentanilo, fue un proceso de, entre comillas, educación a los adictos de las calles, para que ellos dijeran que los efectos eran distintos, que las drogas eran más potentes”, indicó.

En Tijuana, los decomisos de fentanilo se han incrementado más de 200% en los últimos cuatro meses, de acuerdo con cifras de la Seguridad Ciudadana de Baja California.

Sobre el uso de personas para probar los efectos del fentanilo y diferentes dosis, el mes pasado, el Departamento de Justicia de Estados Unidos señaló que hijos de Joaquín El Chapo Guzmán, conocidos como Los Chapitos, experimentaron con una mujer, inyectándole dosis repetidas de fentanilo hasta que falleció.